La crisis ya ha estallado de lleno en el mercado laboral . El paro creció en 36.849 personas en uno de los peores meses de junio de la historia. Hacía 15 años que el desempleo no aumentaba en esas fechas. Además, la Seguridad Social perdió 199.256 afiliados. Una evolución que es aún mucho más preocupante cuando se mide con perspectiva: en el último año el desempleo se ha elevado en 424.555 personas y los cotizantes al sistema han caído en 173.930, tras 14 ejercicios de alzas consecutivas.

Los malos datos fueron dados a conocer ayer por el Ministerio de Trabajo e Inmigración, cuyos responsables trataron de quitar dramatismo a la situación. El secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, atribuyó el mal comportamiento de la afiliación a la no renovación de los contratos temporales provocada por la huelga de los transportistas, al conflicto de los armadores y al fin del curso escolar. La secretaria general de Empleo, Maravillas Rojo, insistió en que la cobertura de los parados está garantizada, en que la subida del desempleo «todavía tiene un carácter más coyuntural que estructural» y en que el actual panorama nada tiene que ver con «otras épocas de recesión».

En cifras relativas, la caída interanual de la afiliación fue del 0,90% por encima de la contabilizada a estas alturas de 1994, situada en el 0,69%. El paro, por su parte, lleva 13 meses con incremento interanual y no crecía en junio desde 1993, durante lo peor de la anterior crisis económica. Al acabar el mes pasado, la cifra de desempleados era de 2.390.424, el 21,6% más que hace un año.

Mensaje optimista

Pese a la negativa evolución, Granado adelantó que los pronósticos para fin del ejercicio reflejan un incremento del 0,5% de los cotizantes a la Seguridad Social. El día 30 había un total de 19.184.842 afiliados, 48.000 más que el 1 de enero. Los datos sobre creación de empleo se completarán con la próxima Encuesta de Población Activa (EPA), que se conocerá le 24 de julio.

El secretario de Estado intentó contrarrestar la mala evolución de la afiliación con lo ocurrido el 1 de julio, cuando en sólo 24 horas las inscripciones aumentaron en 171.863 personas. A su juicio, no se ha producido una reducción de ocupados, sino «interrupción en la contratación».

En cuanto al paro, el aumento se produjo sobre todo en la construcción, que aportó 21.080 de los 36.849 nuevos desempleados. En el resto de los sectores la evolución fue también negativa. Por géneros, los hombres tuvieron un peor comportamiento’ que las mujeres. El desempleo masculino creció un 3,1% y en 31.659 varones, y el femenino en un 0,39% y en 5.190 trabajadoras.

Otro de los apartados de interés de su evolución es el de los inmigrantes, colectivo en el el paro que está creciendo a un ritmo mucho mayor que entre los autóctonos. En junio aumentó un 4% para situarse en 258.800 personas, cifra que es un 74% superior a la de hace un año. Ese orcentaje triplica la evolución media del desempleo.

El mensaje de tranquilidad que ayer trató de lanzar el Gobierno español contrasta con el dato dado a conocer por la OCDE. Ese organismo advirtió de que España se convertirá el año próximo en el país de esa zona con la mayor tasa de paro, el 10,7%, debido a una severa ralentización en la creación de puestos de trabajo, lejos del 6% de media de los 30 miembros.