La comunidad pakistaní de la Comunidad Valenciana ha constituido su primera asociación para reivindicar sus derechos ante las instituciones y autoridades así como para transmitir su riqueza cultural y participar en la sociedad valenciana. En este sentido, el presidente de la asociación civil Jarit, Ashad Butt, manifestó ayer que la agrupación «responde a la voluntad de establecer un espacio común para los inmigrantes pakistaníes que residen en la región», un colectivo que supera los 10.000 habitantes en la provincia de Valencia y que, dijo, no tendría ningún problema en suscribir el contrato de integración promovido por el Consell. Butt recalcó la necesidad que existía de crear una plataforma para comunicarse con las instituciones y trasladar una imagen real, «más allá del vendedor de flores». Los responsables de la asociación exigieron a las Administraciones tener los mismos requisitos que otros colectivos en materia de documentación. En este sentido, denunciaron que la Oficina de Extranjería de Valencia no admite el certificado de antecedentes penales de los pakistaníes.