Francia asume hoy la presidencia semestral de la Unión Europea (UE) con el principal objetivo de encontrar una salida a la crisis política abierta por el no irlandés al Tratado de Lisboa y evitar una nueva parálisis política europea. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se desplazará a Dublín el 11 de julio para comenzar a sondear con los dirigentes irlandeses posibles soluciones que permitan salvar las reformas institucionales de la Unión Europea.
La crisis irlandesa ha trastocado los planes de Sarkozy para su presidencia europea, cuyas otras prioridades son: un pacto europeo sobre inmigración, la institucionalización de la Unión para el Mediterráneo, el reforzamiento de la autonomía defensiva europea, el inicio de la reflexión sobre el futuro de la política agraria común y el problema del encarecimiento sin fin del petróleo.

CITA CLAVE EN OCTUBRE
Sarkozy aspira a lograr en la cumbre europea del 15 de octubre un acuerdo con los demás líderes de los Veintisiete para completar la ratificación del Tratado de Lisboa. En esa fecha el Tribunal Constitucional checo debería haberse pronunciado ya sobre la compatibilidad del nuevo tratado con el ordenamiento constitucional del país, lo que despejaría la vía para la ratificación del mismo por parte de la euroescéptica República Checa y dejaría aún más aislada a Irlanda. El primer ministro irlandés, Brian Cowen, debería ser capaz también entonces de presentar su estrategia para lograr la ratificación del tratado por su país.
El pacto europeo sobre inmigración quiere ser una de las piedras angulares de la presidencia francesa. El pacto pretende lograr un compromiso político para forzar a los inmigrantes legales a aceptar los valores europeos, endurecer las medidas para luchar contra los sin papeles, admitir solo a inmigrantes en función de las carencias laborales europeas y prohibir nuevas regularizaciones masivas de sin papeles, como las realizadas por España.

NEGOCIACIONES
El Gobierno español está negociando el texto de ese pacto para suavizar la cuestión de las regularizaciones y del contrato de integración, que obligaría a los inmigrantes a conocer la lengua del país de acogida y a respetar en su vida cotidiana los valores sociales y culturales europeos, como las libertades fundamentales y la igualdad y derechos de la mujer. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quiere evitar que en el texto del pacto figure el concepto de contrato de integración, porque esa idea fue planteada inicialmente por el líder del PP, Mariano Rajoy.
Sarkozy pondrá en marcha de forma solemne la Unión para el Mediterráneo con una cumbre en París el 13 de julio, en la que participarán los líderes de los Veintisiete y de los demás países mediterráneos. Sarkozy espera que la creación de una doble presidencia y un secretariado permanente permita reactivar la política euromediterránea.

CAPACIDAD MILITAR
Coincidiendo con el plan francés de reintegrarse plenamente en el Comité Militar de la OTAN, Sarkozy pretende utilizar la presidencia de su país para dar un impulso decisivo a la política europea de defensa que refuerce la capacidad de actuación militar de la UE en caso de crisis internacionales. Estos planes, sin embargo, pueden acentuar los temores de la población de la neutral Irlanda frente al Tratado de Lisboa.
Francia intentará además orientar la reflexión sobre el futuro de la política agraria hacia un mantenimiento de las ayudas directas a los agricultores – – de las que los franceses son uno de los principales beneficiarios – – y hacia un apoyo a la producción agraria ante el fuerte encarecimiento de los alimentos.