parís. El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, vaticinó ayer que Francia y España resolverán sus divergencias sobre el proyecto de pacto sobre la inmigración, que es una de las cuatro prioridades de París en la presidencia semestral de la UE que asume hoy martes.

“Por ahora con los españoles, que están muy próximos a nosotros y con los que trabajamos todos los días, hay divergencias”, reconoció Kouchner. Pero “lo conseguiremos, allanaremos las divergencias y habrá un pacto sobre la inmigración”, aseguró.

Sobre la inmigración “creo que todo el mundo estará a nuestro lado”, sentenció el ministro. “Hay que tratar bien a los inmigrantes. Nosotros, Francia, les tratamos a menudo mucho mejor que los otros”, indicó Kouchner.

Francia aspira a que el pacto sea adoptado en la cumbre europea del próximo octubre. El pasado viernes, en una reunión presidida por los jefes de Gobierno de los dos países en Zaragoza, España y Francia no consiguieron cerrar un acuerdo, en contra de lo esperado, sobre el proyecto de pacto europeo sobre la inmigración que impulsa París.

Las diferencias se han centrado en la referencia, rechazada por España, al contrato de integración que se impondría a los inmigrantes legales, y la renuncia a futuras regularizaciones masivas.

Kouchner no precisó los puntos de divergencia entre ambos países. Pero, en un encuentro con periodistas en Bruselas, explicó que “es normal que los españoles no estén de acuerdo con el pacto sobre inmigración” porque “procedieron a una regularización” y “no partimos de la misma constatación”. El ministro argumentó que, en términos generales, Francia tiene que explicar bien las bases de sus propuestas.