Madrid

«Si no me amas, te mato»

Muere una mujer boliviana de 32 años apuñalada por su ex pareja en el portal de su casa de Las Rozas - La víctima denunció las amenazas el día anterior y llamó a la Guardia Civil poco antes de morir. Pintadas en su portal. El asesino escribió en la fachada de la casa de la víctima frases intimidatorias.

La Razón, Diana Valdecantos, 30-06-2008

Madrid- Gaby se despertó el sábado más asustada de lo habitual. Nadie se acostumbra a vivir con miedo aunque lleve meses enfrentándose a la presencia y las amenazas de un asesino. Habían roto, pero él no estaba dispuesto a ser rechazado.
Primero intentó reconquistarla, convencerla de que podían seguir juntos. Gaby no quería. Así que el asesino creyó que sería romántico dejar constancia de su supuesto amor. Un día la fachada de enfrente de su casa amaneció con una pintada que decía «Gaby, te amo».
Nada más lejos de la realidad. La obsesión del asesino no cesó y el tono de sus ruegos se volvió cruel y violento. «Te voy a matar a ti, a tu madre y a tu hijo», le llegó a decir en una ocasión.
Pidió protección
Gabriela Toledo denunció, según los vecinos, varias veces. La última, un día antes de que su ex novio le clavase siete veces un cuchillo en el pecho. La acosaba y merodeaba su casa. Se sentaba en el banco de enfrente y espiaba sus movimientos.
Algunas veces, incluso, la molestaba mientras estaba trabajando. Gaby llevaba un mes de camarera en el restaurante «El Convento». Allí se recibió con mucha pena la noticia, pero no con sorpresa. Según contó a Europa Press una de sus compañeras, esta joven boliviana de 32 años «vivía con temor y asustada».
No era para menos, una de las últimas pintadas que realizó su asesino era una amenaza nada sutil. «Si no me amas, te mato», escribió en su portal. Ella misma lo borró.
Pero el sábado algo debió de hacer Rubén Andía Rosado, de 39 años, que hizo que Gaby temiese más que nunca por su vida. Así que llamó a la Guardia Civil para pedir protección. No sirvió de nada. El ex novio resentido había trazado un plan y pensaba cumplir sus amenazas.
A eso de las diez y media, Gabriela volvía a casa después de trabajar. Allí la esperaban su madre, una prima y su hijo de diez años. Entró en el portal sin sospechar que su verdugo también estaba ahí.
Al parecer, discutieron. Cuando se le acabaron los argumentos, Rubén sacó un cuchillo y lo apretó contra su pecho siete veces. Gaby no pudo zafarse, y eso que estaba en la puerta de su casa. Apenas le quedaron fuerzas para gritar. Unos chillidos que alertaron a sus familiares y vecinos. No se pudo hacer nada por ella. Perdió mucha sangre y entró en una parada cardiorrespiratoria de la que no se recuperó. Falleció a las doce menos diez de la noche.
Los servicios sanitarios de urgencias de Las Rozas, el Samer, se trasladaron al número dos de la calle Acacias, pero no lograron reanimar a Gabriela.
El asesino huyó. El hijo de un vecino del piso de enfrente asegura que vio a un joven salir corriendo del portal con una bolsa negra en la mano.
La Guardia Civil montó enseguida un dispositivo especial para localizar al joven. La orden de busca y captura de Rubén Andía llegó a las Fuerzas de Seguridad de toda España. Al cierre de esta edición, no se había conseguido dar con él y continuaba en busca y captura.
Sobre Rubén pesaba una orden de alejamiento, dictada por el juzgado de lo penal 26, desde el 21 de febrero de este año. En su ficha policial no constaban más antecedentes que esos.
Los investigadores del caso creen que Rubén, también de nacionalidad boliviana, huyó en un Renault 19 de color gris.
No sólo Gaby intuía su trágico final. Su familia, sus amigos y sus vecinos también. Uno de ellos se lamentaba ayer: «Todo estaba anunciado».

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