Está claro. Cada propuesta y cada palabra que haga o pronuncie la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, traen consigo un sinfín de reacciones, la mayoría contrarias. Es lo que ha ocurrido con su última intervención, el pasado miércoles en la jornada sobre el papel de las mujeres en la Alianza de Civilizaciones, en la que señaló que el respeto a las tradiciones y culturas tiene como límite los derechos humanos y abrió el debate sobre los motivos que llevan a una mujer a seguir vistiendo de largo y con velo cuando viene a España, mientras que el varón cambia sin problemas a la vestimenta occidental. Sus palabras han sido criticadas por las entidades del ámbito musulmán, que las consideran como “desafortunadas” y que “reflejan la ignorancia” de la titular de Igualdad, mientras que las asociaciones de mujeres las califican de “razonables”.

“¿Decir que el respeto a las tradiciones tienen como límite los derechos humanos es de ignorantes?, ¿preguntarse por qué las mujeres son, fundamentalmente, las que cargan con las señas de identidad de las culturas es una barbaridad? Yo creo que la ignorancia y la barbaridad es no preguntarse el porqué de estas cuestiones, máximo porque quien las plantea es la ministra de Igualdad, no el de Economía, y lo hace en un foro relativo a las distintas culturas”, señala Carmen Laviña, portavoz de la Federación de Mujeres Progresistas.

Laviña, al igual que la presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, Altamira Gonzalo, apuesta, además, por abrir estos debates, “primero porque es la única manera de concienciar sobre la igualdad, ya que las polémicas suscitadas por utilizar ´miembros o miembras´ ponen de relieve que esta sociedad tiene mucho que andar en esta materia, y segundo, porque hay que estar vigilantes ante la presencia de culturas que puedan provocar el involucionismo de la mujer”.

No lo ven así los representantes del mundo musulmán. La presidenta del Centro Cultural Islámico de Valencia, Amparo Sánchez, calificó ayer las declaraciones de la ministra como “desafortunadas”, por el “desconocimiento” que implica sobre los símbolos religiosos musulmanes. “Ha mezclado demasiadas cosas, sin diferencias entre árabes y musulmanes o entre prácticas religiosas y hábitos culturales”, declaró Sánchez a La Vanguardia.“Para la inmensa mayoría de las musulmanas el uso del pañuelo que cubre el pelo forma parte de nuestra práctica religiosa”, abundó.

La responsable del centro valenciano indicó que es muy probable que la ministra ignore que el uso del pañuelo depende de cuestiones personales y que en la forma de vestir incluye, lógicamente, el hábito de vestir ropas amplias. En la misma línea, la Asociación Intercultura de Melilla defendió ayer el uso de hiyab o velo islámico ya que es una seña de identidad. La entidad instó a la ministra a retractarse.