PP y PSOE defienden juntos la política de inmigración de la UE
El Mundo, , 26-06-2008Zapatero asegura que la directiva que permite retener hasta 18 meses a los ‘ilegales’ supone un «avance importantísimo» MADRID. – Nuevos tiempos y nuevos modos. Al menos en lo que se refiere a la política europea. Nunca antes en un debate sobre la estrategia de la UE, PP y PSOE habían mostrado tal grado de acuerdo como ayer.
Zapatero y Rajoy defendieron juntos no sólo la necesidad de continuar con el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa, pese al no irlandés, sino que, además, formaron frente común a la hora de defender la nueva política de inmigración europea, cuya clave más importante y también polémica es la última directiva de retorno de inmigrantes ilegales, que fija en 18 meses el tiempo de retención al que pueden quedar sometidos quienes entren sin papeles en el territorio de la Unión.
Respecto al Tratado de Lisboa, que hoy superará el primer paso de ratificación en el Congreso, el líder de la oposición propuso la celebración de un Pleno extarordinario a celebrar durante el mes de julio en el Senado, para que el texto que debería sustituir a la fallida Constitución Europea cumpla cuanto antes todos los trámites para convertirse en ley orgánica. Zapatero se mostró plenamente de acuerdo con la idea.
En relación con la nueva política de inmigración de los Veintisiete, Rajoy dio la bienvenida al giro dado en la estrategia del Gobierno, que ha pasado de la actitud proclive a las regularizaciones masivas a votar en favor de una directiva con la que se pretende poner freno radical a la llegada masiva de inmigrantes sin papeles.
En opinión de Rajoy, y también de Zapatero, la directiva sobre el retorno de inmigrantes es un «avance importantísimo», un «instrumento necesario» para «incorporar garantías, derechos y límites donde no los había» en beneficio, precisamente, de los inmigrantes.
El presidente defendió con más pasión que el líder de la oposición las nuevas normas migratorias que, a todas luces, no gustan en absoluto a otros grupos como UPyD o ERC.
Tanto Rosa Díez como Joan Ridao vertieron durísimas críticas contra Zapatero por haber dado su visto bueno a la aprobación de la citada directiva. Díez acusó al presidente de haberse plegado a una corriente de «creciente derechización» que se plasma, entre otras cosas, en la política de inmigración.
El presidente respondió a la representante de UPyD airadamente. Frente a Rosa Díez, Zapatero troca siempre la sonrisa por el gesto adusto y el tono cortante. Acusó a la diputada de hacer una «demagogia insoportable» fruto, dijo, de una «ignorancia supina».
En su opinión, es «incontestable» el que «ni un solo inmigrante ha visto empeorada su situación por la directiva» y que, previsiblemente, muchos se verán beneficiados por la misma. Zapatero aprovechó para reiterar que las normas españolas no se verán afectadas, en ningún caso, por la nueva regla comunitaria.
El resto del debate acerca de la última cumbre europea dio para poco. La mayoría de los grupos criticó la falta de decisión de la UE a la hora de afrontar los problemas económicos. Rajoy propuso en este capítulo crear una subcomisión parlamentaria que analice las posibilidades de reforma de la Política Agraria Común y a Zapatero le pareció una buena idea.
En relación con el levantamiento de las sanciones diplomáticas a Cuba, acordadas a rastras por la UE a petición de España, el presidente optó por no hacer ni el más mínimo comentario.
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