Ante el anuncio por parte del nuevo ministro de Trabajo de las ayudas al retorno de los trabajadores inmigrantes sin empleo, me veo en la obligación por ser profesional del derecho, a sugerir al ministro que, en lugar de incentivar el retorno con subsidio a cargo de los presupuestos de la Seguridad Social (única fórmula que al parecer conocen muy bien los señores del Partido Socialista, pues es evidente que les ha dado votos durante mucho tiempo), proponga la reforma del actual Reglamento de Extranjería, en el sentido de permitir que aquellos trabajadores inmigrantes con más de un año de residencia y trabajo puedan, en vez de acogerse al paro y retornar, si lo desean, modificar sus actuales tarjetas de trabajo y residencia por cuenta ajena a cuenta propia y poder iniciar una actividad empresarial de una manera rápida y ágil (y no como en la actualidad).

Esta medida sería en iguales condiciones que un ciudadano español, permitiendo así de paso, que en lugar de cobrar un subsidio se pueda generar un crecimiento en sectores como servicios y otros, con una mayor competencia en algunos sectores y con la consecuente repercusión sobre la inflación, y de paso aumentar la recaudación impositiva por la actividad empresarial. ¡Ah!, se me olvida. Dejemos de lado las leyendas urbanas sobre exención de impuestos y ayudas que reciben los inmigrantes para establecerse como autónomos, pues no llevan a ninguna parte, y sólo contribuyen a menospreciar la labor que muchos de ellos realizan.