El 63% de los vascos cree que los inmigrantes se benefician «en exceso» del sistema social

El 80% cree que hay «demasiados» extranjeros y uno de cada cuatro les prohibiría el acceso a pisos protegidosSuspenden la política del Gobierno vasco en la materia

El Correo, AITOR ALONSO, 25-06-2008

Preguntar a la sociedad vasca acerca de la inmigración es echarse a nadar en un mar de contradicciones. Los vascos, por un lado, no creen que la llegada de extranjeros sea uno de los principales problemas de Euskadi ni juzgan amenazadas por ello las costumbres autóctonas. Se declaran además partidarios de la diversidad cultural. Pero al mismo tiempo contestan en las encuestas que ya hay «bastantes» o «demasiados» inmigrantes (lo suscribe un 80%), y dos de cada tres les acusan de beneficiarse «en exceso» de las prestaciones sociales. En general son partidarios de restringir su acceso a los pisos protegidos, al voto y a las ayudas sociales. Todo esto se desprende del segundo barómetro del Observatorio Vasco de la Inmigración, Ikuspegi, presentado ayer en Vitoria por el Gobierno vasco y la UPV, que se consolidará como un examen anual a la conciencia de los vascos en relación a este fenómeno.
Los responsables del Observatorio, Xabier Aierdi y José Antonio Oleaga, trataron de explicar esta dual visión de los ciudadanos encuestados 2.412 en los tres territorios en relación con la «incertidumbre» que genera «todo cambio social». «No se sabe cómo va a ser el futuro, y eso hace aflorar las inquietudes y los fantasmas», dijo Oleaga. «Con el tiempo, son ideas que irán cambiando».
Y es que, de entrada, los vascos parecen sentirse cómodos ante la llegada de ciudadanos de otros países, que en el País Vasco ha sido menos acusada que en otras comunidades españolas. Cuando se les preguntó por los tres principales problemas de Euskadi, sólo un 2% aludió de forma espontánea a la inmigración. El paro, la vivienda y ETA centraron las respuestas de forma mayoritaria. Incluso cuando se les interrogó por los problemas de su vida diaria, sólo el 7,2% lo incluyó entre sus máximas preocupaciones. El porcentaje ha caído a la mitad en un año. En 2007, la inmigración preocupaba seriamente al 15%.
Los buenos sentimientos continúan en las preguntas siguientes. Seis de cada diez vascos cree que «es bueno» que Euskadi esté formada por diferentes culturas, etnias y religiones y la mayoría defiende que mantengan sus costumbres. Pero estas generalidades no resisten un cuestionario más profundo: un abrumador 80% de los vascos contesta a renglón seguido que son los extranjeros quienes deberían «esforzarse por adoptar nuestras costumbres y tradiciones para lograr una mejor convivencia» y un 66% cree que, para ser aceptados plenamente, deberían abandonar las partes de su religión o cultura que choquen con nuestra legislación. Es decir, sí a la diversidad, pero también sí a la existencia de elementos comunes que deben articularse de forma exclusiva sobre los usos y tradiciones autóctonas.
Asimilación
«Por lo que se ve lamentó el director de Inmigración del Gobierno vasco, Roberto Marro, la sociedad se decanta por un proceso de asimilación de los extranjeros. Si alguien ha de esforzarse, debe ser el inmigrante. Esto lleva al abandono de sus culturas y está en las antípodas de lo que tratamos de fomentar, que es la interculturalidad», apuntó. A su juicio, «el modelo asimilacionista» es un proceso que «ha fracasado» en Europa. «La sociedad también debe dar pasos al igual que se exigen al inmigrante».
Los vascos reconocen que la llegada de inmigrantes ha sido positivo para la economía, dado que han ocupado puestos de trabajo «que la población autóctona no quiere». Pero al mismo tiempo dos de cada tes creen que se aprovechan «de forma excesiva» de las prestaciones sociales. Y pese a que prácticamente nadie niega a los extranjeros regularizados o no la asistencia sanitaria o el acceso a la educación, existe un significativo porcentaje de vascos que prohibiría a todos los inmigrantes, sin distinción, el derecho a obtener un piso protegido (un 23,1%), a reagrupar a sus familiares (un 18,6%), a las ayudas sociales (un 16,3) e incluso al voto (un 11,9%). La política del Gobierno vasco en este área recibe el suspenso de los encuestados. Le dan de nota un 4,66, por debajo del aprobado raspado (5,10) del año pasado.
La encuesta es un buen test acerca de la permanencia de los «estereotipos». «Muchos se mantienen», lamentó Marro. Entre ellos, los que relacionan a los inmigrantes con el aumento de la inseguridad ciudadana (un 45% lo ve así) o el que atribuye a los extranjeros un peso poblacional superior al que tienen. Los vascos creen, de media, que suponen el 16% de la población de Euskadi, cuando los censos marcan un 5,4% de ciudadanos extranjeros, tres veces menos.

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