"En Euskadi nos encontramos en la región menos xenófoba del Estado"

Diario de noticias de Alava, i. aguinaco, 25-06-2008

El último barómetro detecta que la sociedad vasca no ve la inmigración como un problema. ¿Cree que es así?

En general en los contactos que tenemos con los vascos, nos damos cuenta de que piensan así. Ésa es la opinión que hemos recogido de diversos colectivos de inmigrantes.

Le comento los principales problemas que salen en la encuesta y usted me dice si son estereotipo o no. Primero, el abuso de ayudas sociales.

Por lo que sabemos de los datos de los servicios sociales y del Ayuntamiento en Vitoria es que las peticiones corresponden con el nivel de pobreza que hay en general. Porque a la ayuda social acude la gente que está cercana al nivel de pobreza y van todos los colectivos. Como pertenecemos a la capa social más vulnerable, la gente lo solicita. Pero no vemos que haya un exceso en eso. La gente viene a trabajar y me he enterado de que la mayoría, aunque se beneficia un tiempo de las ayudas, enseguida quiere trabajar para ahorrar y mandar dinero para su casa.

¿Y qué hay de los problemas de seguridad?

No lo entendemos así. Igual que en otros colectivos hay gente que delinque, pero que sepamos no hay un índice sobresaliente en este aspecto. La prostitución, el tráfico está a veces estigmatizado. Por supuesto que hay delincuentes como en todos los lados. Pero nos hemos reunido con la policía y otros estamentos y no vemos índices que nos alarmen. Sí sabemos que los sectores en posición más extrema son presa más fácil de los delitos que otros, somos más fácilmente carne de cañón.

¿Y por qué esta visión?

La población ha aumentado en general y, al hacerlo, pasa lo mismo con otros índices. Uno de los factores que hace que crezca la población es el nacimiento mayoritario de inmigrantes. Hay una sensación de que todo lo nuevo que llega junto lo causan los que vienen, pero también hay reacciones del que está aquí. Al ver la novedad, hay xenófobos y racistas que se manifiestan más. Lo otro es la falta de información porque cuando no se comunica bien es más fácil que se caiga en bulos. Hay un temor a volver a las carencias y el hambre que hubo tras la guerra y hay que encontrar a quien echar la culpa, o al Gobierno o a los inmigrantes o a otras circunstancias. Además, las noticias que marcan mucho quién cometió el delito hace que dé la posibilidad a la gente de que acabe diciendo que todos son extranjeros. También hay que mostrar la parte positiva. El fenómeno de la inmigración está elevando el número de la población, desactivando el envejecimiento de la sociedad y contribuyendo a la seguridad social para ayudar a mantener las pensiones.

¿Qué respuesta cree que tiene la población alavesa a la inmigración?

En Euskadi nos encontramos en la región donde menos xenofobia hay de todo el Estado y donde mejor se valora al inmigrante. Hay más opciones políticas que en el resto de los sitios, más percepciones para la ciudadanía y eso favorece el entendimiento de la sociedad. Se exalta más la parte negativa de un pequeño grupo que de todos los trabajadores. En Álava, la respuesta es buena en general, también con su parte oscura. Hay alaveses muy xenófobos que nos echan la culpa de todo, pero no representan a la mayoría.

¿La población vasca suspende el trabajo de las instituciones?

Hay muchas carencias en el mundo de la inmigración, pero nosotros vemos una enorme voluntad y práctica de buscar una mayor integración.

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