La inmigración salva el mercado inmobiliario
Los extranjeros de la Comunitat gastan en un año 3.600 millones en la compra de pisos
Las Provincias,
,
24-06-2008
Los inmigrantes no han sido ajenos a los efectos negativos de la crisis. Sin embargo, han favorecido el mantenimiento de determinados sectores como el inmobiliario. Es la conclusión que se desprende de un informe de la Conselleria de Inmigración, que establece que casi el 20% de las compraventas realizadas durante 2007 en la Comunitat estuvieron protagonizadas por extranjeros, con un valor total muy próximo a los 3.600 millones de euros.
Según la estadística del Ministerio de Vivienda, el gasto total por parte de ciudadanos extranjeros durante el citado año ascendió a 3.591 millones de euros, siendo los inmuebles de segunda mano los más solicitados, ya que los inmigrantes gastaron 2.171 millones en pisos usados.
Hay más datos que refuerzan la importancia de la clientela inmigrante y extranjera. Aunque las ventas protagonizadas por estos colectivos cayeron respecto a 2006 hasta un 40%, este tipo de demanda ha colaborado en el mantenimiento del mercado. Un estudio de la red inmobiliaria Expofincas sitúa la Comunitat como la región con mayor porcentaje de compraventa de pisos protagonizadas por extranjeros. De hecho, el 27% de las transacciones realizadas por esta empresa eran de titularidad extranjera. A la Comunitat le siguen de cerca Madrid (25%) y Castilla – la Mancha (25%).
De las 126.074 transacciones inmobiliarias registradas por el Ministerio en la Comunitat, 24.335 fueron efectuadas por residentes extranjeros, lo que supone un 19,3% del total. En proporción, compran un mayor número de viviendas. Es decir, los 732.000 inmigrantes residente en 2007, el 14,9% de la población, protagonizaron la compraventa del 19,3% de las transacciones totales del año. Los españoles de la región, que suponen el 85% de la población, compraron el 80% de las viviendas.
Edgar ha contribuido a esta estadística. Este vecino natural de Bolivia, tras tres años en la capital, decidió embarcarse con su pareja en la compra de una vivienda. Eso sí, lo hizo en el área metropolitana, intentando evitar los elevados precios de la ciudad. “Los dos teníamos trabajo, y lo tenemos. Lo único que nos frenaba, además del crédito, era pensar que la compra de una vivienda supone atarte a una tierra, y siempre teníamos la esperanza de volver a nuestro país. Al final decidimos quedarnos, ya que nuestro hijo es valenciano”, señala. En este caso, este nuevo vecino no recibió ninguna ayuda, – “no la necesité”, precisa – aunque añade que conoce muchos casos en los que la compra del piso se ha quedado en simple ilusión por falta de medios.
Según el estudio facilitado por el departamento de Rafael Blasco, el inmigrante se decide a comprar tras una estancia en la ciudad de residencia que oscila entre los cuatro y cinco años, por lo que los expertos piensan que este segmento de la demanda “puede relanzarse en los próximos años si no se endurecen las condiciones para la compra”, según el documento.
A nivel nacional, la universidad Pompeu Fabra elaboró un informe para el grupo Tecnocasa que establece que las nacionalidades que más invierten en la adquisición de viviendas son las del continente americano (13,44%), seguidos de los africanos (6,2%), europeos (3,1%) y asiáticos (1,9%). El estudio concluye que el 54% de las compras realizadas por más de dos titulares las llevan a cabo ciudadanos extranjeros. Según Tecnocasa, franquicia inmobiliaria de ámbito nacional, los latinoamericanos compraron en 2006 el 20,5% de los pisos de su red en lo que se refiere a vivienda usada, aunque según otras empresas la cifra pudo llegar al 25% del total. Otro dato a nivel nacional. El 40% de los inmigrantes vive en régimen de alquiler y el 38,1% en una vivienda de su propiedad.
Además, la inversión extranjera en pisos de España aumentó casi un 20% durante el primer trimestre de 2007 respecto al mismo periodo del año anterior, tal y como apunta la encuesta sobre préstamos del Banco de España de mayo de 2008. También concluye que uno de cada tres inmigrantes posee una vivienda y un vehículo en propiedad.
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