Las Fuerzas de Seguridad no pudieron impedir que entraran 20 de los 70 inmigrantes que cruzaron la frontera de Melilla por el puesto fronterizo Beni – Enzar en la madrugada del domingo. El medio centenar restante fue «controlado y expulsado de forma inmediata», según explicó ayer el director de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez López.

La Delegación del Gobierno en Melilla aclaró posteriormente que, de los 20 que se escaparon, ocho se encontraban ayer en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (Ceti) y otros ocho, en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía.

No lograron entrar en España los subsaharianos que protagonizaron el segundo asalto, durante el partido de fútbol España – Italia, ya que fueron repelidos por la policía marroquí después de que la española cerrara la verja.

Velázquez no quiso confirmar que la coincidencia de esta avalancha con la tanda de penaltis fuera premeditada. «Deberían preguntárselo a ellos», fue su respuesta ante las preguntas de los periodistas.

Sus explicaciones no convencieron a Unión Progreso y Democracia, que ayer denunció el «secretismo» con el que la Delegación del Gobierno está tratando el asunto y afirmó que, durante las avalanchas, «hubo disparos de armas y la refriega fue de dimensiones mayores a las aportadas en las notas oficiales».

El portavoz de Inmigración del PP, Rafael Hernando, dijo por su parte que la «indefinición e incorrección» de la política de inmigración del Gobierno sólo sirve para «alimentar el efecto llamada» y convertir a España en «la casa común de los inmigrantes ilegales».