Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado destacaron ayer la tranquilidad en la frontera de Ceuta con Marruecos y precisaron que no se temen asaltos masivos al vallado fronterizo como el ocurrido la pasada madrugada en Melilla.Fuentes policiales consultadas por Efe han resaltado que la concentración de inmigrantes subsaharianos al otro lado de la frontera no supera las 50 personas y que no se prevé que se pueda producir un suceso similar al de la otra ciudad autónoma.

Y es que después de que un grupo de entre 60 y 70 inmigrantes intentasen entrar irregularmente a Melilla a las 4,25 horas de la madrugada del domingo por el puesto fronterizo de Beni – Enzar, los agentes pudieron asegurar que la frontera ceutí se encuentra tranquila y que existe un permanente contacto con la Gendarmería marroquí para el control de la inmigración irregular.

Entre 40 y 50 inmigrantes de los setenta que entraron por la fuerza en Melilla por el puesto fronterizo Beni – Enzar, ya han sido detenidos por la policía, que les localizaron ocultos bajo los vehículos, dentro de contenedores de basura y en los árboles, informaron a EFE fuentes policiales.

La «rápida» movilización de los agentes «frustró la tentativa de entrada en territorio español de la gran mayoría de este grupo», según explicaron a Europa Press fuentes de la Delegación del Gobierno melillense, que reconocieron, no obstante, que «sólo algunos» de los inmigrantes consiguieron rebasar el dispositivo establecido por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado «que mantiene una búsqueda por la ciudad para su localización».

El responsable de prensa de la Delegación admitió que “la violencia empleada por los subsaharianos en su intento de alcanzar Melilla ha ocasionado varios lesionados de carácter leve entre los agentes de servicio en la frontera”.

Antecedentes

El último incidente en la frontera de Ceuta se produjo el 29 de septiembre de 2005 cuando un grupo de unos 700 inmigrantes subsaharianos protagonizaron un asalto masivo al vallado que se saldó con cinco muertos. Desde esa fecha únicamente tres inmigrantes han logrado saltar la doble valla fronteriza – situada a seis metros de altura – ya que las entradas clandestinas se producen por la vía marítima, a nado o a bordo de pequeñas embarcaciones.