Un grupo de unos 70 inmigrantes de origen subsahariano intentó entrar por la fuerza en la madrugada del domingo en Melilla desde un puesto fronterizo con Marruecos, informaron fuentes de la Delegación del Gobierno español. Horas más tarde, y aprovechando el lanzamiento de penaltis del partido España – Italia, otro grupo de inmigrantes subsaharianos, cuyo número no ha sido precisado, intentó entrar por la fuerza a Melilla a través del puesto fronterizo de Beni – Enzar, el principal de la ciudad autónoma. Fue el segundo asalto a la frontera hispano – marroquí en menos de 24 horas.

Según han confirmado fuentes policiales, todos los subsaharianos han sido repelidos por la policía marroquí y ninguno ha conseguido acceder a territorio melillense, aunque varios inmigrantes se han quedado cerca del puesto español.

Los individuos del primer asalto irrumpieron en el puesto de Beni – Enzar, el paso principal entre la ciudad autónoma española, ubicada en el norte de África, y Marruecos, arrollando tanto a la policía marroquí como a la policía y la Guardia Civil españolas que custodiaban ambos lados de la frontera.

Nada más producirse el asalto, las fuerzas de seguridad montaron un amplio dispositivo para detener a los inmigrantes . Un total de 30 subsaharianos fueron arrestados por la policía marroquí, informaron fuentes oficiales de Marruecos. Otros 28 fueron localizados por la Guardia Civil. Los agentes localizaron a a los inmigrantes detenidos disimulados bajo vehículos, en contenedores de residuos domésticos y en los árboles.

La Delegación del Gobierno puntualizó en un comunicado que en el intento de entrada masiva sólo resultó herido leve un policía nacional debido a la “violencia” con la que han intentado entrar los inmigrantes subsaharianos.

Esta información contrasta con su primer comunicado remitido cuatro horas antes, en el que se afirmaba que “la violencia empleada por los subsaharianos ha ocasionado varios lesionados de carácter leve entre los agentes de servicio en la frontera”, lo que no les había impedido seguir prestando servicio.

El perímetro fronterizo está reforzado por dos vallas de seis metros con un entramado de alambres de acero en el centro denominado sirga tridimensional. El último intento de entrada masiva a Melilla fue en la Nochebuena de 2006, cuando decenas de inmigrantes subsaharianos intentaron saltar tres veces la valla y 40 de ellos fueron detenidos.