Empanadilla chilena

Quizás sea el plato más característico del país austral. Las empanadillas chilenas, algo mayores que las españolas, utilizan masa de harina de trigo horneada o frita en aceite en la que se introduce un relleno conocido como pino. El más típico es el de carne de vacuno cortada en cuadrados y cebolla, condimentada con comino y ají, huevo duro, aceitunas o pasas de uva. Las regiones costeras introducen el marisco. Una pincelada previa de huevo crudo batido evita que estallen sobre el fuego.

Quinoa

Este cereal, propio de tierras andinas, retrocedió por la expansión del maíz y la patata, pero se está convirtiendo en uno de los alimentos de moda por sus aportes proteínicos. La semilla, rica en fibra y minerales, pero exenta de gluten, se prepara como el arroz, con dos medidas de esta semilla por una de agua, a cocción lenta y refrito previo. Puede constituirse en plato principal o guarnición. Se puede conseguir en tiendas ‘delicatessen’, de dietética o en las especializadas en productos importados.

Tarta rápida a la polaca

Maja Knopkiewicz nos sugiere un postre que recurre a productos cotidianos. Su receta parte de triturar en un bol galletas y añadir medio bote de nocilla hasta conseguir una masa viscosa. Sobre ella se monta otra de nata con cola – cao hasta conseguir una disposición homogénea y consistente. También se puede situar una lámina de queso fresco. La última de las capas está confeccionada con fruta troceada. La composición se deja enfriar una hora en el frigorífico y queda lista para servir.