Un grupo de subsaharianos aprovecha la tanda de penaltis de España para intentar entrar en Melilla
El Mundo, , 23-06-2008Horas antes, 70 inmigrantes cruzaron en tromba por el puesto fronterizo arrollando a los vigilantes Un grupo de 40 subsaharianos escogió ayer el momento álgido del partido de fútbol entre España e Italia para tratar de cruzar, de forma irregular, la frontera de Melilla. Fue el segundo intento en menos de 24 horas en el mismo punto, aunque ambos resultaron fallidos.
La primera intentona llegó la madrugada del domingo. El reloj marcaba las 4.25 horas, cuando un grupo de entre 60 y 70 subsaharianos se plantó delante del puesto fronterizo de Beni – Enzar, el más importante de los cuatro que hay en Melilla, con el objetivo de cruzar a territorio español. Comenzaron a correr arrollando todo cuanto encontraron a su paso, incluidos a los policías marroquíes, a quienes pillaron totalmente desprevenidos.
El segundo intento llegó anoche, cuando prácticamente todo el país se encontraba pendiente de lo que sucedía en Viena durante la tanda de penaltis de los cuartos de final de la Eurocopa entre España e Italia. Buscaban precisamente aprovecharse del supuesto relajamiento en la vigilancia fronteriza por parte de los agentes españoles, que no se dio porque, según la Delegación del Gobierno, estaban «prevenidos» tras la avalancha de la pasada madrugada.
Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil, así como las fuerzas policiales marroquíes en el otro lado de la frontera, estaban advertidas de que podrían repetirse avalanchas como la que se registró de madrugada, cuando 70 inmigrantes intentaron acceder de forma violenta a la ciudad española del Norte de Africa y, si bien la mayoría, fueron detenidos a tiempo, seis lograron cruzar la frontera y quedaron retenidos en el centro de Estancia Temporal, informó Europa Press.
Entonces sí les pilló por sorpresa: el grupo de entre 60 y 70 subsaharianos se plantó delante del puesto fronterizo de Beni – Enzar, el más importante de los cuatro que hay en Melilla, con el objetivo de cruzar a territorio español. Comenzaron a correr arrollando todo cuanto encontraron a su paso, incluidos a los policías marroquíes, a quienes pillaron totalmente desprevenidos.
Cuando avanzaban por los 200 metros de tierra de nadie rumbo al puesto fronterizo español, la Policía Nacional se percató de la marea humana e intentó frenarla cerrando la verja de la frontera, obstáculo que los inmigrantes también consiguieron salvar trepando y tirando piedras y palos. Finalmente, medio centenar de subsaharianos consiguió pisar suelo español, tal y como confirmaron distintas fuentes policiales a EL MUNDO, extremo que fue desmentido por la Delegación del Gobierno, que mantenía que «sólo algunos» rebasaron el paso fronterizo.
A partir de ese momento, se desplegó un amplio dispositivo policial a cargo de numerosas patrullas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, con las que también colaboró la Policía Local de Melilla, fuera de sus competencias. Durante horas, rastrearon las inmediaciones de la frontera y un polígono industrial cercano, donde localizaron a la mayoría escondidos bajo los vehículos, en contenedores de basura, bajo las arquetas del alcantarillado e, incluso, subidos a los árboles.
Tres avalanchas en menos de 48 horas
P. S.
MELILLA. – Tras las avalanchas de ayer, la Delegación del Gobierno se esforzó por reiterar en los dos comunicados que hizo públicos durante el día que la normalidad era «absoluta» en los pasos fronterizos. Sin embargo, poco después, el Ministerio del Interior de Marruecos informaba a Efe de que ya el día anterior se había producido un intento de avalancha protagonizado por 58 subsaharianos en la frontera de Beni – Enzar y que, gracias a la vigilancia de la policía marroquí en este puesto, esta tentativa se abortó.
Hacía un año y medio que el perímetro fronterizo que separa Melilla de Marruecos dormía tranquilo, y sin sobresaltos como los que en octubre de 2005 dieron la vuelta al mundo, cuando centenares de inmigrantes querían alcanzar su sueño de pasar de Africa a Europa sin tener que embarcarse en una patera, sino sólo saltando la doble valla que sirve de frontera con el reino alauí.
Aquello suponía entonces sólo un obstáculo de tres metros, que el Gobierno quiso endurecer duplicando la altura y añadiendo en el centro un entramado de alambres de acero denominado «sirga tridimensional», decisiones que frenaron en seco las avalanchas para derivarlas a las costas de Canarias. La última avalancha fue en Nochebuena de 2006, en la que participaron 40 personas y el intento resultó infructuoso.
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