Partituras

Gara, 22-06-2008

Cuesta ponerle una música a la última directiva sobre la inmigración salida de una partitura con demasiadas fusas. El deterioro de los conceptos básicos de la identidad del ser humano, como poseedor de unos derechos inalienables se va perdiendo al gusto de las multinacionales y de los demás poderes fácticos que se enroscan siempre en todo lo que sea la economía como una infantería del capital, es decir, del dinero silente o ensordecedor, que se mueve al ritmo propicio de los movimientos telúricos de las transaciones bursátiles.

Las detenciones, retenciones, deportaciones de personas en base a una supuesta ilegalidad, son siempre una marcha militar que en demasiadas ocasiones se convierte en fúnebre. El dinero viaja en maletines o por internet, las masas de capital no tienen fronteras ni aduanas, pero los seres humanos despertamos ilegales en cuanto nos pasamos una parada del metro. Y todo esto tiene una partitura europea que suena fatal, a himnos y charadas patrióticas grandilocuentes. Claro que siempre nos queda escuchar en una esquina a algún inmigrante tocando sus instrumentos de reciclaje pidiéndonos una limosna musical. Soltamos calderilla para aliviar nuestra responsabilidad en la actual situación de ruido europeo.

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