Vecinos e inmigrantes de Cruz del Humilladero liman tensiones en la primera mesa por la convivencia
El distanciamiento generado por diferencias y roces entre unos y otros impedía una relación normalizada
Diario Sur,
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19-06-2008
No es que se hayan producido conflictos susceptibles de generar alarma, pero sí se han detectado algunos roces en la convivencia, que han generado cierta tensión, y sobre todo un distanciamiento entre los vecinos de Cruz de Humilladero y su población inmigrante, que poco favorecen la normalización de una nueva realidad de un distrito en el que hay censados cerca de 6.000 extranjeros, una cifra que se duplica si se tiene en cuenta a aquellos que no están empadronados.
«A través del trabajo de mediación que se desarrolla en la zona vimos que vecinos e inmigrantes vivían unos al margen de los otros, sin apenas relacionarse», explica Ruth Sanabria, directora del Área de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Málaga. Siguiendo el ejemplo de modelos que se han desarrollado en ciudades como Madrid, los responsables del área decidieron constituir la primera mesa por la convivencia intercultural en Cruz de Humilladero, con el objetivo de que unos y otros expusieran sus planteamientos; identificaran los problemas y trabajaran juntos sobre ellos.
Líderes naturales
Así, en el mes de abril tuvo lugar la primera reunión de esta mesa, que en esa ocasión sólo convocó a los representantes vecinales de la población autóctona. Posteriormente, se convocó una segunda jornada, en la que se escucharon los planteamientos de los representantes de la población inmigrante. En este caso, las mediadoras localizaron a aquellas personas consideradas ‘líderes naturales’, muy conocidas entre el colectivo y con capacidad de llegar al mayor número de personas.
La última convocatoria reunió a unos y a otros, y a ella también acudieron concejales y el jefe de la Policía Local. «Una de las cosas de la que nos dimos cuenta fue que la población inmigrante desconoce toda la normativa española, y muy especialmente la referente al área de comercio», declaró Sanabria.
Este desconocimiento provoca, que los locales regentados por los inmigrantes no cumplan con las medidas exigibles, lo que ocasiona la mayoría de las quejas de los vecinos que deben soportar salidas de humo inadecuadas, mesas que ocupan espacios públicos o establecimientos sin licencia de apertura. «Por su parte, los inmigrantes se quejan de que la policía sólo se acerca a ellos para multarles, y lo que ocurre realmente es que desconocen la normativa; que se han puesto en manos de gestorías que les han sacado el dinero y que ni siquiera han empezado a tramitarles la licencia de apertura», afirma Sanabria. Una de las acciones que va a desarrollar el área es la traducción al inglés y francés de la normativa.
En la mesa también se trató de acabar con recelos infundados: «A excepción de lo que ocurre con las mafias de la lotería, lo cierto es que la población africana es la que menos delinque y esos datos fueron aportados por la propia policía a los vecinos», afirma la directora de Participación. «Hemos visto que, en muchos casos, los problemas son más mentales que reales», concluye Ruth Sanabria.
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