Europa se saca la careta con la Directiva de retorno

Diario de noticias de Gipuzkoa, , 17-06-2008

El neocapitalismo dominante del mundo globalizado se propone una vez más mostrar su cara más salvaje y represiva, usando como peones de su política a la democrática, igualitaria y justa UE. Esta semana están dispuestos a legalizar la detención y el abuso de autoridad, estableciendo que el principio universal de Declaración de los Derechos Humanos (artículo 13: Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. 2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país), sea en Europa un delito.

Esto en la practica significa que los Estados con sus fuerzas represivas aceitadas tienen las manos libres para detener, encarcelar, vulnerar los derechos de las personas cuyo único error en este mundo es ser pobres, y venir de los países destrozados política y económicamente. Países que estos mismos Estados, junto con los EEUU, han saqueado, violado, desquiciados durante siglos, empezando con la colonización evangelizadora, la esclavitud, el apoyo a dictaduras genocidas, las políticas del FMI, los planes de ajuste, la invasión y las guerras.

Para nosotras, trabajadoras sin papeles, esta “Directiva de la vergüenza” traerá más precariedad y vulnerabilidad a nuestra situación laboral porque el miedo a ser denunciadas o detenidas es ahora una certeza; los patrones tienen las manos libres para aumentar la presión y la explotación sobre las personas trabajadoras extranjeras.

La privación de la libertad por un año y medio de una mujer, un hombre, mayor, menor, enferma, embaraza, sin que haya cometido ningún delito, ¿puede ser aceptada por las ciudadanas/os europeos sin reparos? No tengo respuesta a esta pregunta, pero sí tengo algo que decir: esta política de criminalización de la pobreza, de vulneración de derechos, no viene sólo por las/os inmigrantes, viene por la clase trabajadora. Quizás la alianza de clases no es el algo del pasado, y ha llegado el momento de reconocernos únicamente como trabajadoras/es y dar la batalla juntos, porque las 65 horas semanales que vienen detrás de la “Directiva de la vergüenza” son condiciones laborales del siglo XIX.

Silvia Carrizo

Asociación de Mujeres Inmigrantes Malen Etxea

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