El viaje hacia un mundo mejor acabó en tragedia. Al menos 40 personas murieron y más de 100 continúan desaparecidas tras el naufragio de un barco que transportaba inmigrantes clandestinos de Libia a Italia, según informaron ayer a la agencia France – Presse fuentes de seguridad egipcias.

El navío se hundió el 7 de junio, poco después de salir del puerto libio de Zuwaira, próximo a Túnez, y las autoridades libias no han podido recuperar más que 40 cuerpos, según esas fuentes, que citan un informe del embajador egipcio en Trípoli. Las autoridades libias informaron a la embajada de Egipto de la tragedia el pasado fin de semana, dado que había residentes egipcios entre los naufragados, precisó la fuente, que pidió la condición de anonimato.

Los únicos dos supervivientes son un ciudadano de Bangladesh y otro egipcio, Wael Nagui Abdel Mutagali, que afirmó que unas 150 personas se encontraban a bordo de la embarcación, entre ellos medio centenar de egipcios originarios de la localidad de Zagazig, en el delta del Nilo.

Cada inmigrante, según Mutagali, había pagado 2.000 dólares a un traficante egipcio residente en Libia como precio para pasar hacia Italia. Las autoridades libias no habrían sido capaces de identificar a los muertos, pero según el superviviente egipcio la mayoría de los que no provenían de su país eran originarios de Marruecos, Argelia o Bangladesh.

Italia afronta una oleada masiva de clandestinos – sobre todo llegados de Libia – que intentan alcanzar la pequeña isla de Lampedusa y las costas sicilianas.

En 2007, según cifras del ministerio italiano del Interior, 16.482 sin papeles «probablemente provenientes» de tierra libia desembarcaron en las costas italianas, frente a los 20.927 que lo hicieron el año anterior.