D.C.

BARCELONA. El fiscal pide tres años de prisión para Sergi Xavier M. por agredir a una menor ecuatoriana en un tren de los Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña, el 7 de abril de 2007 sobre la medianoche. En su calificación provisional, la acusación considera que los hechos, grabados por las cámaras de seguridad, constituyen un delito contra la integridad moral y otro de lesiones.

El fiscal solicita que se prohíba al acusado cualquier comunicación durante cuatro años con la víctima, de 15 años en el momento de los hechos, y se le condene a pagar una indemnización cuya cuantía se deberá determinar en fase de ejecución de sentencia.

Según el escrito fiscal, Sergi Xavier M., vecino de Santa Coloma de Cervelló (Barcelona), subió sobre las 23.45 horas al vagón hablando por teléfono «acaloradamente» y profiriendo insultos racistas, mientras decía a su interlocutor que había matado a «un moro».

«Inmigrante de mierda»

Al ver en uno de los asientos a la chica, se «acercó a pocos centímetros de su cara» y le dirigió insultos como «inmigrante de mierda». Después, «le golpeó con la mano en la cabeza, le pellizcó con fuerza el pecho izquierdo y le dio un manotazo en el antebrazo izquierdo», mientras seguía dirigiéndole expresiones racistas. Cuando el tren llegaba a la parada donde tenía que apearse el joven, se acercó a la puerta, pero antes de bajar retrocedió, se agarró a la barra vertical del vagón y «lanzó una fuerte patada dirigida a la cabeza de la menor, aunque finalmente le impactó en el hombro izquierdo», según el Ministerio Público.

Después, volvió a acercarse a la chica y le propinó «un puñetazo en la región izquierda de la cintura y un manotazo en la cabeza». Antes de bajar y, al advertir la presencia de otro joven sudamericano en el vagón, Sergi Xavier M. les espetó: «Todos los inmigrantes deberían estar muertos».

Las imágenes de la grabación se hicieron públicas y provocaron una gran indignación en España y en el país de origen de la chica agredida. Todos los grupos políticos del Parlamento catalán pactaron una declaración en la que condenaban el ataque racista. El juez instructor impuso a Sergi Xavier M. unas medidas cautelares muy estrictas.