La mayor operación contra la piratería audiovisual se salda con 32 detenidos
Se realizaron registros en diez localidades, entre ellas en Irun
Diario Vasco,
,
05-06-2008
La Policía Nacional ha desmantelado la mayor organización de piratería audiovisual conocida hasta ahora en España. La operación, desarrollada de forma simultánea en diez municipios, – entre ellos Irun – ha supuesto la detención de 32 personas de nacionalidad china y la incautación de decenas de miles de soportes ilegales. Al parecer, la red falsificaba 150.000 compact disc y DVD’s al día en cuatro viviendas de la periferia de Madrid.
El Grupo de Delitos contra la Propiedad Intelectual e Industrial, que comenzó la denominada operación Talgo hace cuatro meses, considera «totalmente desmantelado» este grupo, que copiaba durante 24 horas al día películas y discos en 40 torres politostadoras, con capacidad para piratear simultáneamente 506 obras.
El centro de la red eran dos almacenes en las localidades madrileñas de Leganés y Alcalá de Henares, donde el grupo hacía acopio de los soportes digitales vírgenes, fotocopiadoras industriales, grabadoras y otros efectos. Desde allí, periódicamente, repartía el material a sus fábricas, domicilios privados situados en Getafe, Leganés y Parla, donde los empleados realizaban las copias ilícitas.
En los diferentes registros practicados se han intervenido, entre otros efectos, más de 300.000 obras musicales y videográficas ya grabadas, unos 460.000 soportes vírgenes (cedés y DVD) y más de 6.000 euros en efectivo. El valor de los bienes intervenidos, según peritos del Ministerio de Cultura, superaría la cantidad de dos millones de euros. Entre las copias decomisadas, informó el Ministerio del Interior, se encontraban los masters (primeras copias de películas) que eran utilizados como soportes para hacer clones. La mayoría de estas películas, aún en cartelera, fueron clonadas por el denominado método del screening, la copia directa con una cámara en la sala del cine.
La red utilizaba a inmigrantes sin papeles en los talleres de falsificación, sometidos a un régimen de «semiesclavitud», con turnos de 16 horas de trabajo.
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