Los inmigrantes indios y argelinos concentrados frente a la Delegación del Gobierno abandonaron ayer la huelga de hambre que iniciaron hace tres semanas, pero mantienen su protesta para exigir la regularización de su situación en España.

Según confirmó el presidente de la Asociación Pro Derechos de la Infancia (Prodein), José Palazón, la decisión fue adoptada por los inmigrantes con el objetivo de «evitar una tragedia», dado el mal estado físico en el que se encuentraban tras 21 días sin ingerir ningún tipo de alimento.

Regreso al CETI

La finalización de la huelga de hambre no implica que los concentrados abandonen el campamento situado en la Plaza de España donde han permanecido entre cartones y plásticos.

Los cuarenta inmigrantes, que iniciaron esta protesta el 12 de mayo se niegan a volver al Centro de Estancia Temporal y aseguraron que la única solución válida es su traslado a la península. Desde un principio, subrayaron que no deseaban que su protesta se interpretase como una coacción a la Delegación del Gobierno sino de llamar la atención para solventar el problema y encontrar un trabajo.