A salvo con el cuchillo al cuello

ABC, 28-05-2008

ISRAEL VIANA

MADRID. Mónica ha vuelto a nacer. Ayer pudo haber sido el último día de su vida, pero en el futuro lo recordará como el primero de una nueva. Esta dominicana de 39 años fue apuñalada en su casa del distrito de Vallecas, alrededor de las ocho, por un hombre de nacionalidad marroquí al que le había alquilado un cuarto. El arma utilizada fue un cuchillo de cocina de 10 centímetros de hoja, que el agresor le clavó en la parte posterior del cuello hasta la empuñadura. Contra todo pronóstico, Mónica sobrevivió.

Cuando los sanitarios del Samur llegaron al lugar de los hechos, en la tercera planta del número 24 de la calle Felipe Álvarez, encontraron a esta mujer sentada en el dormitorio de su casa, con el cuchillo clavado en la nuca hasta seis centímetros, pero, milagrosamente, consciente y orientada.

Según el jefe de guardia del Samur – Protección Civil, José Antonio Jiménez Fraile, Mónica fue trasladada al Hospital Gregorio Marañón con el cuchillo todavía «incrustado en el cuello», después de haber sido estabilizada por los sanitarios en el lugar. Ingresó en estado muy grave, pero dada la profundidad de la herida y la zona donde se produjo, pudo haber sido mucho peor. Al parecer, tuvo la suerte de que el cuchillo no le afectó a ningún vaso sanguíneo importante ni a las cervicales.

Una gran hemorragia

«La región por donde ha entrado el cuchillo – explicó Jiménez Fraile – ha sido más lateral, si hubiera sido más en el medio, podría haber afectado la médula espinal». Mónica presentaba una hemorragia importante causada por tres heridas de arma blanca, dos de ellas leves en el lateral izquierdo del cuello, siendo la más grave la de la nuca.

Ayer mismo fue operada en el Hospital Gregorio Marañón, donde se le extrajo el cuchillo con el que, vista la imagen, es difícil entender como no acabó con su vida. Hoy, sin embargo, puede contarlo.

El presunto agresor, Hassan A., de 21 años de edad, fue detenido poco después en un locutorio de la zona. No tenía permiso de trabajo ni de residencia, pero tampoco contaba con antecedentes penales.

Intentó arrojarla por el balcón

Según lo vecinos, que escucharon gritos muy fuertes a esas horas de la mañana, la discusión pudo comenzar porque la inquilina quería echar al arrendador de su casa, que no pagaba el alquiler. Esta derivó en pelea y, más tarde, en golpes. Por último, parece ser que intentó arrojarla por el balcón, pero cuando no lo consiguió, le asestó la puñalada en pleno cuello.

Según el testimonio de algunos vecinos, alrededor de las 7.00 empezaron a escuchar gritos muy fuertes y llantos. Rosaura, la vecina de en frente escuchó a alguien pidiendo socorro en el descansillo, así que llamó a la Policía. «A continuación – señaló – abrí la puerta y vi la casa de enfrente abierta. Pude ver a la vecina en el suelo dentro de su domicilio, y parecía en mal estado, pero tuve mucho miedo y no me atreví a ir. No sabía si el que le había hecho eso aun estaba dentro. Cerré la puerta y esperé a que llegara algún policía».

Ayer fue el día más oscuro en la vida de esta chica, que, por imposible que parezca, volverá a ver la luz

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