ANGiE APERAZZI

MELILLA. Llevan quince días en huelga de hambre y no tienen intención de abandonarla hasta que el Gobierno central no seda a su petición: trasladarlos a la península. Y es que este grupo de hindúes que se instalaron en la céntrica la Plaza de España de Melilla, frente a la Delegación de Gobierno, mantienen su firme propósito de salir de la ciudad.

Los nueve inmigrantes irregulares que comenzaron la protesta esperan ahora una respuesta junto a una treintena de argelinos que también buscan un traslado a otras localidades más grande. Piensan que de este modo podrán ganarse mejor la vida, aunque sea trabajando sin contrato, y mandar dinero a sus familiares. Señalan angustiados que los meses pasan y las sueños que buscaban al llegar a España se ven truncados por la realidad.

Una realidad que – a su entender – no será tan limitada en el resto del país, donde esperan trabajar en el campo, en la construcción, en fábricas o en cualquier otro sector. En este sentido, uno de los inmigrantes en huelga señala que en ciudades como Barcelona o Madrid – donde residen la mayor parte de sus contacto y compatriotas – es más fácil que un empresario acceda a tramitarle la residencia legal o el permiso de trabajo.

A lo largo de estas dos semanas, muchos de los inmigrantes apostados en la Plaza de España han necesitado asistencia sanitaria como consecuencia de las bajadas de azúcar. No obstante, insisten en que no levantarán el improvisado campamento que montaron con sacos de dormir, con cartones y plásticos para protegerse de la lluvia. «Sin solución no hay comida, sin solución no volvemos al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes », apunta el portavoz del grupo, quien enfatiza que la mayoría de ellos viven en Melilla desde hace dos años y que no ven salida a su situación. Además, critica que el delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, no haya hablado con ellos.