Johannesburgo. La ola de violencia xenófoba en Johannesburgo contra inmigrantes de otros países de África y de Asia causó en las últimas dos semanas al menos 50 muertos, según cifras oficiales que fueron presentadas ayer por la policía de Sudáfrica.

Unas 17.000 personas resultaron desplazadas y 500 detenidas, informaron las fuerzas de seguridad sobre la violencia que ya afecta a un total de seis provincias sudafricanas .

Mientras tanto aumenta la presión sobre el presidente Thabo Mbeki. El diario The Sunday Times reclamaba ayer en su portada la renuncia del mandatario sudafricano, al que acusa de un liderazgo demasiado débil en la “situación de emergencia” que vive el país.

Mbeki dirigió ayer al país un mensaje a través de la televisión.

La calma reinaba ayer en Johannesburgo y sus alrededores tras el envío de contingentes militares, pero se registraron saqueos en la provincia de Cabo Occidental. Medios locales apuntaban que el gobierno estudia el envío de militares a otras regiones además de Johannesburgo.

Entre tanto continúa el éxodo de inmigrantes que huyen hacia centros de refugiados y de regreso a sus países de origen. El gobierno de Mozambique, que ya recibió de vuelta a unos 15.000 compatriotas, contrató un tren especial y autobuses para trasladar a los inmigrantes que desean regresar. >efe