El grueso de los inmigrantes que reside en España ha trabajado con anterioridad en su país de origen, según revela la Encuesta Nacional de Inmigrantes, realizada por primera vez en el año 2007, cuyos resultados dio a conocer ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). Concretamente, el 53,7% de ellos lo hacía en calidad de asalariado y el 11,2% como trabajador independiente o empresario.

En cuanto a las principales motivaciones para emigrar a España el 40% de los encuestados citó en primer lugar la calidad de vida, seguida de cerca por la búsqueda de un empleo mejor, que fue nombrada por el 39%. A continuación se sitúan razones como la reagrupación familiar (32,1%) y la falta de empleo (23,3%). También resulta significativo que el 8,4% lo haga por cuestiones formativas o educativas, el 5,9% a raíz de un cambio de destino laboral, así como el 3,6% que elige España para vivir después de jubilarse.

En el desglose por sexos, destaca que son los hombres los que aluden como principal causa para emigrar la búsqueda de un empleo mejor (45%), frente a las mujeres, que esgrimen como mayor motivación el poder reencontrarse con sus familiares (39%).

Respecto a su situación laboral, el 22,5% de los inmigrantes ocupados con más de tres años de residencia en España es titulado superior, mientras que un 9,3% no tiene estudios o tiene la educación primaria incompleta.

En la actualidad, el 38% de ellos trabaja en una ocupación diferente de aquella con la que iniciaron su trayectoria laboral en España.

Así, si se analiza la evolución laboral de este colectivo, se observa que las ocupaciones en las que permanecen una mayor proporción de inmigrantes respecto a los que empezaron son los puestos relacionados con dirección de empresas y de Administraciones Públicas (84,3%), así como los técnicos y profesionales científicos e intelectuales (81,3%) y los vinculados con el sector de la construcción (73,1%). Por el contrario, sólo el 31,9% de los trabajadores cualificados en la agricultura y el 25,8% en el caso de la pesca siguen ejerciendo estas actividades.

La encuesta del INE constata, a su vez, que en 2,16 millones de hogares españoles reside al menos una persona nacida en el extranjero, de los que 1,02 están formados sólo por inmigrantes. Finalmente, algo más de la mitad está casado, un 68% de ellos con personas de su misma nacionalidad y un 26,5% con españoles.