Las relaciones España-Italia Tensiones por la política de inmigración
"España no debe dar lecciones de moral a Italia"
Andrea Ronchi, ministro de Políticas Comunitarias del Gobierno de Italia
La Vanguardia, , 23-05-2008ENRIC JULIANA – Madrid
EL DATO “El año pasado se expulsó en España el doble de inmigrantes que en Italia”
LA POLÉMICA “¿Por qué tanto ruido? Francia y Alemania consideran delito la inmigración clandestina”
na cosa ha de quedar clara, la política U de Italia se decide en Italia"
El ministro Ronchi aún no se ha sentado y ya define, sin rodeos florentinos, el motivo y alcance de su viaje a España: poner los puntos sobre las íes tras cinco días de desencuentro, en los que la política de inmigración del nuevo Gobierno de Roma ha sido objeto de severas críticas. Primero habló la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega; después, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, y finalmente, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, recomendando a Silvio Berlusconi una visita al psiquiatra.
Andrea Ronchi (Perugia, 1955), ministro para las Políticas Comunitarias y destacado exponente del ala pragmática de Alianza Nacional (derecha democrática de origen posfascista), se entrevistó ayer en Madrid con Diego López Garrido, secretario de Estado para la Unión Europea. La reunión discurrió en términos de gran corrección, de manera que el riesgo de crisis diplomática parece conjurado. El ministro recibió a La Vanguardia ayer por la tarde en la sede de la embajada de Italia.
El golpe de timón de su Gobierno en materia de inmigración ha sorprendido en toda Europa, no sólo en España. ¿No previeron las críticas?
Mire, la inmigración clandestina ya está tipificada como delito en Francia y en Alemania. No hemos sido los primeros. Se ha hecho una lectura distorsionada de nuestra política. No pretendemos ni congelar, ni modificar el tratado de Schengen. Ni hemos iniciado la persecución de ninguna etnia o nacionalidad, como se ha llegado a escribir. Pero estamos en una situación de emergencia nacional y toda situación de emergencia requiere medidas urgentes y de cierta contundencia.
Mano dura, por tanto.
Le daré un dato. El año pasado, en España se ejecutaron 55.000 órdenes de expulsión de inmigrantes clandestinos, mientras que en Italia sólo hubo 26.000 expulsiones. Creo que ahora me entiende mejor, ¿verdad?
El ataque contra un campamento gitano en Nápoles no les ha hecho ningún favor.
Mi Gobierno ha condenado estos asaltos. Y deberá castigarse a los culpables. Pero hay que recordar cuál fue el detonante: una gitana intentó robar un bebé de seis meses y tras un dramático forcejeo, su abuelo pudo evitarlo. La gente nos pide más seguridad. La situación en muchos barrios periféricos es insostenible.
¿Qué se ha estropeado en las relaciones Italia-España?
Nada, de verdad. Tenemos muchas cosas que hacer en común.
¿Ningún reproche?
Creo que estos días en España ha hablado demasiado la ideología. Mire, la izquierda tiene un problema: se cree en posesión de una superioridad moral. Trata a los que están fuera de su círculo como hijos de un Dios menor. Y esta actitud le impide leer correctamente la realidad actual.
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