- MADRID Redacción

El Gobierno español cuestiona que Italia legisle sobre inmigración sin consultar a la UE
La visita del ministro de Política Comunitaria italiano, Andrea Ronchi, a Madrid para solventar las tensiones bilaterales no sirvió ayer para mucho. Después de que el viernes pasado la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega arremetiese contra las medidas del Ejecutivo de Silvio Berlusconi en relación con la inmigración clandestina, ayer el Ejecutivo mantuvo su línea crítica ante el temor de que la presión legislativa de Roma sobre este amplio colectivo afecte a los países del entorno.

Lo explicitó con claridad el secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, tras reunirse con su colega italiano, a quien transmitió su preocupación al entender que el subrayado endurecimiento contra la inmigración clandestina, que en Italia puede convertirse en delito, empujará a estas personas a desplazarse hacia otros países, entre ellos España. La iniciativa, detalló, puede derivar flujos migratorios de forma desproporcionada hacia los países europeos. Por ello, López Garrido consideró que el Ejecutivo de Berlusconi tendría que haber consultado antes a la Unión Europea. “Nos parece que no es la mejor vía para ir hacia una política común en esta materia”, subrayó el dirigente español. A su juicio, considerar delincuente a un inmigrante irregular no es “proporcionado” y “no es la mejor vía” para resolver problemas derivados del fenómeno migratorio. López Garrido hizo un llamamiento colectivo a no actuar de forma “irreflexiva”.

El ministro italiano justificó su viaje a Madrid en la necesidad de hacer entender que el Ejecutivo de Berlusconi “ha cambiado de registro” y va a centrarse en la seguridad de sus ciudadanos.