Agencias

JOHANNESBURGO – La ola de violencia xenófoba en Suráfrica ha llevado a muchos inmigrantes a huir del país. Unas 9.000 personas han traspasado ya las fronteras hacia Mozambique o Zimbabue por una crisis que ha provocado la muerte de al menos 42 personas y mantiene preocupados a los organismos de la ONU que operan en Suráfrica, temerosos de que la tensión incluso aumente. Para evitar este hipotético recrudecimiento, el Ejército está preparándose para desplegarse en las ciudades más afectadas.

Hace más de una semana, se iniciaron los ataques perpetrados por turbas de surafricanos que acusan a los extranjeros de robar los puestos de trabajo y alimentar la criminalidad. Desde entonces, más de 15.000 trabajadores foráneos han huido a campamentos de refugiados. Sin embargo, unos 9.000 han optado por una decisión más radical y directamente han abandonado el país, por miedo a sumarse a la ya larga lista de al menos 42 fallecidos.

«Debemos irnos, no estamos seguros aquí», relató una zimbabuense mientras abandonaba el asentimiento de Primrose, en las afueras de la ciudad. El mismo «miedo» fue aludido por un compatriota suyo de 24 años, en declaraciones a la BBC. «Tengo una niña en casa, quiero verla crecer», señaló. Otros, especialmente de Mozambique, también piensan en abandonar un país de 50 millones de habitantes y hogar de cinco millones de extranjeros.


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