a mi bola : | Mariluz Ferreiro ENVIAR NOTICIA
Cleveland
La Voz de Galicia, , 21-05-2008Cleveland no parece un nombre iluminado por la buena estrella. El Cleveland de Estados Unidos es la ciudad más pobre del país, donde las noches de los suburbios se calientan con hogueras que arden en plena la calle. Allí, para muchos, cada amanecer es el despertar del sueño americano.
Pero hay otro Cleveland con menos bendiciones aún. El Cleveland que no es una ciudad, que es un suburbio en sí mismo. Una de las migajas más pobres de Johannesburgo. Donde, aunque salga el sol cada día, sus habitantes siguen presos de la pesadilla africana. Una maraña de desempleo, pobreza y delincuencia. El más amargo de los cócteles agitado estos días por la violencia. Grupos de sudafricanos lincharon y quemaron vivos a refugiados procedentes de Zimbabue por considerarlos intrusos, potenciales ladrones de su trabajo, de su espacio, de su vida. Muchos de estos inmigrantes se desenvuelven sin problema en inglés y presentan un nivel educativo aceptable. Son la amenaza y lo empiezan a pagar con la muerte. Algunos sudafricanos han marcado sus casas para que los atacantes no los confundan con extranjeros.
Sudáfrica se enfrenta a un auténtico exorcismo. «Recordemos el horror del que venimos», pidió Nelson Mandela. Y el país viene del apartheid . Vivió durante años instalado en la violencia y la segregación racial. Blancos, primera clase. Negros, segunda o tercera. Se sembró el odio sin complejos en nombre del falso paternalismo de Occidente. El Estado enseñaba entonces que, para mantener el orden establecido, las vidas no importaban. Y esa lección es difícil de olvidar. Aunque la bandera sudafricana se convirtiera en una enseña multicolor como símbolo de la unión de razas, se necesitan generaciones para cicatrizar el pasado y no mutilar el presente. De la tierra regada con sangre suelen nacer malas cosechas. Ya sea en el Líbano, Irak o Cleveland.
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