Darío Menor

Roma – A la tercera fue la vencida. Primero fue María Teresa Fernández de la Vega la que atacó la política de inmigración italiana, tachándola de «xenófoba». Le siguió el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, quien dijo que Silvio Berlusconi «quiere criminalizar al diferente». Finalmente, ha tenido que ser Bibiana Aído, la ministra de Igualdad, la que termine de provocar una crisis diplomática entre España e Italia que se daba por cerrada hace unos días al afirmar que «pagaría un psiquiatra» al primer ministro italiano.

El ataque de Aído a «Il Cavaliere» ha acabado con la paciencia del ministro de Exteriores, Franco Frattini, que desde la polémica declaración de la vicepresidenta española había hecho todo lo posible para evitar la crisis. Ahora no le ha quedado más remedio que responder. Según Frattini, las palabras de Corbacho y Aído son «imprudentes» y José Luis Rodríguez Zapatero debe «indicar y ordenar» a sus ministros que eviten «polémicas inútiles».

El ministro de Exteriores italiano afirmó además que el primero en «aplicar la mano dura, es más, durísima» contra los inmigrantes ha sido Zapatero. «Ha expulsado a decenas de miles de personas con métodos muy rigurosos y severos. Y puedo decir que el rigor del presidente español ha hecho que en dos años descienda un 70 por ciento el flujo de clandestinos hacia las Islas Canarias», afirmó.

En una nueva muestra de su voluntad por acabar con la polémica iniciada por las duras palabras de De la Vega, el Gobierno italiano ha decidido enviar a Madrid a su ministro para las Políticas Comunitarias, Andrea Ronchi. Ronchi tiene previsto reunirse con Diego López Garrido, secretario de Estado para la UE, a quien explicará el plan italiano contra la inmigración ilegal.

«Tendrá que contarle a los españoles lo que no saben porque, francamente, las últimas declaraciones, además de desagradables, también son fruto de una falta de conocimiento», declaró molesto Frattini.



Enviar
0 Comentarios
Más fotos