La policía sudafricana reforzó ayer su presencia en las barriadas pobres de Johannesburgo después de que unas 25 personas, entre ellas dos niños, fueran asesinadas en los últimos días a causa de un brote xenófobo. La agitación comenzó el domingo en el barrio de Alexandra, cuando ciudadanos sudafricanos atacaron a varios inmigrantes .

Aunque la nacionalidad de los extranjeros objeto de las agresiones se desconoce, fuentes policiales afirmaron que se trata de mozambiqueños y zimbabuenses. A pesar de la presencia de policías fuertemente armados, hay más de 20 muertos y 100 heridos, confirmó ayer una radio local.

Los agresores acusan a los inmigrantes de ser los causantes del alto índice de criminalidad que se registra en Johannesburgo y de acaparar los pocos puestos de trabajo.

La ola de disturbios de Johannesburgo se intensificó el fin de semana, cuando se registraron 11 muertes sólo en la zona de East Rand, al este de Johannesburgo, y otra en Alexandra, según la agencia local SAPA.

Los enfrentamientos entre la policía y los agresores se producían continuamente, mientras que los bomberos apagaban los incendios provocados, que destruyeron decenas de chabolas en varios barrios de esta ciudad. Sólo en Primrose, unas 50 viviendas quedaron calcinadas ayer.

Refugiados en iglesias

Según la policía, el pasado fin de semana más de 260 personas fueron detenidas en Johannesburgo, la mayoría de ellas en relación con las revueltas.

“Todo esto es bastante grave, hay más de 6.000 desplazados y disturbios por toda la ciudad”, declaró el portavoz de la ONG Médicos Sin Fronteras, Eric Goemaere, que calificó la situación de “crisis humanitaria”.

Los inmigrantes acuden a ayuntamientos, comisarías e iglesias para refugiarse de los ataques. Las comisarías de los suburbios tuvieron que organizar campamentos improvisados para acoger a los inmigrantes .

“Algunas personas fueron acogidas en los ayuntamientos, pero otras siguen dando vueltas sin saber dónde ir”, declaró el portavoz de la policía, Veli Nhlapo.