La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró ayer que ya “no hay ningún malentendido” con el Ejecutivo italiano y que “una cosa son las acciones de Gobierno” y otras los “incidentes concretos” que “pueden comportar acciones de violencia, xenofobia y racismo”, como los ocurridos en la ciudad italiana de Nápoles, que es lo que “yo condené”, sentenció.

De la Vega se expresó de esta manera en Valencia, tras la inauguración de la oficina parlamentaria del PSPV, preguntada por el malentendido diplomático que se produjo el viernes con Italia por unas declaraciones suyas en las que señaló que no comparte la política de expulsiones sin respeto a la ley y a los derechos humanos del Gobierno de Berlusconi.

Estas declaraciones generaron inmediatamente el malestar del Gobierno italiano que, a través de su embajador en Madrid, Pasquale Terracciano, pidió explicaciones al secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido. El secretario de Estado, el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y el propio presidente Zapatero tuvieron que explicar ante varias instancias italianas las afirmaciones de De la Vega.

La vicepresidenta del Gobierno insistió ayer en que el Ejecutivo español promueve una inmigración “legal y ordenada” y con esta intención se trabaja de manera conjunta con la UE, para lograr una “política común” sobre inmigración. “Otra cosa – dijo – es que no comparta determinados incidentes que puedan comportar acciones de violencia, racismo y xenofobia”, subrayó. Así, aseguró que “no tengo inconveniente en repetir” las declaraciones, siempre desde el “respeto a las autoridades” soberanas de un país, apostilló.

También el Gobierno italiano dio por “cerrada” la polémica. “Me parece que las incautas declaraciones de la vicepresidenta fueron desmentidas por el presidente Zapatero, por tanto el incidente en lo que a nosotros respecta está cerrado”, declaró el ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, en un acto en Varese.

No obstante, el líder de la Liga Norte y también ministro, Umberto Bossi, que le acompañaba en el acto, subrayó en referencia a este incidente que los españoles “fueron los primeros en disparar contra los inmigrantes, nosotros en cambio ya los tenemos aquí y tenemos el problema inverso, el problema de echarlos fuera”.

Bossi es conocido por sus declaraciones en contra de los inmigrantes y de hecho, hace unos años, durante el anterior Gobierno de Berlusconi, en el que como ahora ocupaba la cartera de Reformas, ya propuso enviar buques de guerra para evitar la llegada de los barcos con ilegales.


Ataques a gitanos

Respecto a los ataques cometidos esta semana por ciudadanos italianos contra campamentos de gitanos rumanos en distintos lugares de Nápoles, Bossi aseveró que “si el Estado no cumple con su deber lo hace la gente”.

Maroni aprovechó para adelantar parte del contenido del paquete de medidas de seguridad que presentará el miércoles en el consejo de ministros. “Debemos prevenir estas llegadas (de inmigrantes ilegales), por ello estamos insistiendo con Libia para la aplicación del acuerdo firmado que prevé patrullas de barcos con tripulación mixta en las aguas territoriales libias”, indicó.

“El único modo para un alejamiento eficaz de los inmigrantes es la expulsión inmediata con acompañamiento a la frontera”, subrayó, explicando que entre las opciones que podrían incluirse en el paquete de seguridad figura el uso de Ejército.

Precisamente ayer, un viejo pesquero con 376 inmigrantes ilegales llegó pasada la medianoche a la isla de Lampedusa, en el sur de Italia.