Durante la rueda de prensa ofrecida en el Palacio de la Moncloa tras la reunión del Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha acusado al Gobierno de Silvio Berlusconi de “exaltar la violencia, el racismo y la xenofobia” por las redadas y expulsiones que lleva a cabo contra los inmigrantes ‘sin papeles’.

De la Vega dice que “no comparte la política de expulsiones” de Italia porque “no respeta la ley ni los derechos de los inmigrantes”, y que el Gobierno español “rechaza la violencia, el racismo y la xenofobia, y por tanto no puede compartir lo que está sucediendo en Italia”.

Sus palabras no han caído en saco roto. El Gobierno español se ha visto obligado a aclarar al italiano que las declaraciones de la vicepresidenta no se referían a las medidas que prepara ese gobierno contra la inmigración ilegal.

El secretario de Estado español para la UE, Diego López Garrido, ha transmitido esas “aclaraciones” al embajador de Italia en Madrid, y un contacto en el mismo sentido ha tenido lugar en Lima entre el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

“La intención de la vicepresidenta era expresar su condena por los actos de violencia ocurridos en los últimos días en Italia, condena que por supuesto comparten el Gobierno español y el italiano”, dijo a los medios en Lima el portavoz de Frattini, Stephano Ferrara.“Son actos que no pueden ser tolerados en absoluto y que de hecho ya han sido condenados por el Gobierno italiano”, dijo Ferrara.

Poco después, el ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, aclaró con su homólogo italiano, Franco Frattini, el “malentendido” provocado por las palabras de la vicepresidenta española.
España acusa

Los principales periódicos italianos, en sus versiones digitales, se han apresurado a abrir sus portadas con la “acusación” de De la Vega.