El conseller de Educació, Ernest Maragall, se defendió ayer de los ataques del Síndic de Greuges, Rafael Ribó, que en un informe depositado el jueves en el Parlament responsabiliza a su departamento y a los ayuntamientos de no hacer todo lo que es –
tá en sus manos para tratar de erradicar los guetos escolares, invocando la necesidad de moverse con “prudencia” en este terreno para ser respetuoso con la libre elección de centro por parte de las familias.
Maragall admitió desde Ripoll (Ripollès), donde ayer firmó un convenio con el ayuntamiento para planificar conjuntamente la política educativa del municipio, que se podía ir “un poco más allá” pero sin menoscabo del “derecho inalienable de los ciudadanos a tomar decisiones”, como la de escoger un colegio próximo a su domicilio.
El titular de Educació recordó que en los últimos años se han registrado progresos en la lucha contra la segregación escolar y que en el anteproyecto de ley de educación de Catalunya presentado recientemente se propone que se establezca un cupo máximo de inmigrantes en los centros públicos y concertados de una misma zona, de manera que todos tiendan a matricular a un nú –
mero similar de extranjeros.
Fuentes del departamento que dirige Maragall reconocieron ayer que existe un problema de concentración de inmigrantes en determinadas escuelas, fundamentalmente públicas. Y lo atribuyeron a la llegada “desordenada” de extranjeros, en el sentido de que no se han asentado de forma uniforme en el territorio, sino en zonas concretas de algunas ciudades, y a la ausencia de planificación por parte de la conselleria en el momento en que se desencadenó la avalancha, en el 2001.

AVALANCHA A
partir de aquel año comenzaron a llegar cantidades apreciables de inmigrantes en edad escolar durante el curso, que eran acogidos por centros de los que, a medida que aumentaban en número, iban desertando los alumnos autóctonos, fomentando los guetos. “Hasta el 2003, en los últimos meses de gobierno de CiU, no se empezó a hacer nada para combatir esa situación”, aseguraron las fuentes consultadas. Por entonces ya se había triplicado el número de extranjeros escolarizados, que pasó de los 24.000 de junio del 2001 a los 75.000 de septiembre del 2003.
Las directoras de dos escuelas que concentran a un elevado número de foráneos – – el CEIP Beethoven, del barrio del Fondo de Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès), y el CEIP Santa Eugènia de Girona (Girona) – – reconocieron que la situación en la que se hallan inmersos sus respectivos centros es la descrita en el informe del Síndic. Lidia Montero explicó que el centro de Santa Coloma no hace más que reflejar la realidad de su entorno, que el día a día es “complicado y difícil” y que está satisfecha con las mejoras que han ido consiguiendo, “sobre todo en recursos”. La directora de la escuela gerundense, Celia Fernández, vaticinó que se necesita “tiempo” para enderezar la situación.