Educación mestiza de gran calidad
El Periodico, , 16-05-2008R. J.
BARCELONA
Si las paredes de la escuela Vedruna-Àngels hablaran, sus 360 alumnos podrían recibir una clase magistral sobre las vicisitudes por las que ha pasado el barrio del Raval de Barcelona a lo largo de tres siglos. Enclavado desde 1875 en la antigua Casa dels Infants Orfes, este colegio siempre ha recibido con los brazos abiertos a los chavales que han llegado con las olas migratorias, las de principios del siglo XX, las de los años 60 y 70 y las de hoy en día. En la actualidad, cuenta con más de 200 estudiantes de 36 países, pero eso no es ningún inconveniente. A base de novedosos proyectos educativos, los profesores han formado un cohesionado grupo de inmigrantes y autóctonos que han respondido con un resultado excelente: el 85% de los alumnos acaban la ESO.
Antes de conocer que han logrado el segundo galardón (15.000 euros) del Premi Ensenyament, la directora de la escuela Vedruna-Àngels, Maria Carme Molist, defiende un fet diferencial de este colegio concertado: “Jamás hemos tratado la inmigración como un problema, sino como un reto enriquecedor. Estamos demostrando que la educación intercultural de calidad es posible”.
Dos tutores por aula
Lograr ese objetivo, sin embargo, no es nada fácil. Hacen falta un gran esfuerzo y una estructura organizativa acorde a las circunstancias. Para empezar, desde hace 10 años, las aulas de secundaria tienen cada una dos tutores, “lo que permite que cada profesor se encargue solo de 15 niños”, explica la directora. Con este trato reforzado e individualizado se consigue que todos estudien a pleno rendimiento y, a su vez, que los inmigrantes reciban un acompañamiento que los hace sentirse como en casa.
En esa misma línea, quienes profesan otras religiones no han tenido problemas para aceptar el ideario cristiano del colegio, ya que la dirección también ha aportado su granito de arena demostrando un gran respeto por las demás confesiones. “Hemos convertido la clase de Religión en Cultura de Religiones, una asignatura en la que enseñamos nuestros valores cristianos, pero en la que también explicamos las bases del islam, el budismo, el hinduismo…”, recuerda Molist.
Esta adaptación a la realidad social del Raval y del resto del mundo ha ido acompañada también de otros proyectos, como el Comenius (elaborar todo tipo de materiales en colaboración con escuelas de otros países); la Escola Verda (iniciativas medioambientales) y el Mecix. Este último programa, por ejemplo, permite que un alumno que haya tenido que regresar unas semanas al país de origen de sus padres pueda seguir el curso a través de internet.
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