Un estudio, presentado ayer, realizado por el Servicio Regional de Empleo y Formación y denominado Necesidades de Formación de la Población Inmigrante, desvela que la mayoría de trabajadores no comunitarios desea cambiar de ocupación laboral y entrar a formar parte de otro sector.

Según los datos de la encuesta – llevada a cabo en el año 2007 entre 214 personas – , un 42% de los inmigrantes comenzó a trabajar en la agricultura al llegar a la Región, pero sólo un 19% continuaba haciéndolo, y entre éste porcentaje, predominaba el deseo de abandonar el sector primario.

Una intención que seguramente no hayan podido ver satisfecha debido a la crisis en otros sectores, fundamentalmente la construcción. Sin embargo, el estudio desvela la anticipación de los inmigrantes a la crisis en la autoevaluación de sus necesidades de cualificación industrial.

La encuesta también permite ver la evolución de la situación sociolaboral de esta población a raíz de las regularizaciones. Mientras que tan sólo el 9% de los encuestados afirmó trabajar sin contrato actualmente, un 34% reconoció que comenzó a trabajar así cuando llegó a Murcia.

La población inmigrante sufre especialmente la sobrecualificación, al tener empleos de cualificación inferior a su formación real, según desvela también la encuesta. Destaca el colectivo de ciudadanos del Este por el alto nivel de sus cualificaciones, junto a los latinoamericanos. Por contra, entre los subsaharianos se dan los mayores casos de ausencia de conocimientos educativos.

Las principales carencias formativas para los encuestados son el manejo del castellano, principal barrera para encontrar un empleo, y las habilidades sociales, según se desprende de los datos presentados. Y entre los obstáculos para no realizar cursos de formación señalan la «necesidad urgente de conseguir recursos económicos», el escaso acceso a la información y la conciliación familiar.