El sueño de un futuro mejor se ha acabado para algunos inmigrantes. Cuando los bolivianos Guillermo Solís y René Quirós aterrizaron en España en el año 2006, creyeron que se abrirían para ellos todas las puertas de la sociedad del bienestar. La experiencia les ha demostrado lo contrario. Ahora, sin papeles ni empleo, buscan una forma de volver a casa sin arruinarse definitivamente. «Llevamos seis meses sin trabajar, y no vemos perspectivas. En todas partes nos dicen que no hay sitio para nosotros», cuentan con desesperanza.

Guillermo y René son viejos amigos, y han compartido en Murcia un mismo destino. Llegaron a la Región con pocos meses de diferencia. Primero Guillermo, al poco René. Encontraron trabajo como cuidadores de un enfermo en su domicilio. «Pero el hombre murió y desde entonces estamos en la calle, pagando alquileres de 200 euros cada uno y gastándonos todos los ahorros en comer y en las facturas de la luz y el agua». Por eso, han decidido volver a su país. «El billete de avión cuesta 700 euros, y no tenemos ninguna seguridad de encontrar trabajo allí, pero por lo menos estaremos en nuestra propia casa».

Han pedido acogerse al programa de retorno voluntario puesto en marcha por la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) con ayuda del Ministerio de Trabajo. El plan, del que sólo pueden beneficiarse extranjeros con una situación personal especialmente precaria, incluye el abono del billete de vuelta y una pequeña ayuda económica. La OIM exige como requisito un informe de los servicios sociales del municipio en el que vive el inmigrante. Sin embargo, en la Región son varias ONG, entre ellas Atime, las que elaboran estos informes ante la inactividad generalizada de los ayuntamientos, salvo excepciones como la de Jumilla.

Tampoco el Gobierno regional se ha interesado por el proyecto pese a que sí lo han hecho comunidades como Madrid, que ha firmado ya un convenio con la OIM. La Consejería justificó hace unas semanas su postura en que «no se percibe que exista una demanda». Sin embargo, en Atime empiezan a amontonarse las solicitudes, sobre todo de bolivianos. Además, decenas de inmigrantes de este país se han dirigido al Ayuntamiento de Jumilla, y más de mil ecuatorianos se han interesado en volver a casa a través un programa especial del gobierno de aquel país.