El 27 % de la inmigración que vive en alquiler ocupa 'pisos patera'

El Periodico, ANTONIO BAQUERO, 10-05-2008

Una persona debe disponer de un espacio mínimo de 15 metros cuadrados para vivir. Cuando el resultado de la división entre los metros de una vivienda y las personas que viven en ella es inferior a esa ratio de 15 metros, el habitáculo pasa a ser considerado como una vivienda sobreocupada o, en lenguaje coloquial, un piso patera. En Catalunya, con especial incidencia en ciudades como Barcelona, Badalona o L’Hospitalet, uno de cada cuatro inmigrantes, el 26,9%, que vive de alquiler reside “en situación de hacinamiento”, según ha determinado un estudio elaborado por la Fundación Bofill.
Esa investigación ha sido realizada por el doctor en arquitectura Jordi Bosch a partir de la Encuesta de Condiciones de Vida y Hábitos y constata que, mientras que menos del 9% de la población catalana vive “en situación de hacinamiento”, esa tasa se dispara en el caso de los inmigrantes, con el 22,5% en ese tipo de viviendas sobreocupadas.
La situación es más difícil para los inmigrantes que tienen un piso de alquiler, el 26,9% de los cuales ocupa esa clase de viviendas. En cambio, el fenómeno es menor entre los inmigrantes que han conseguido una vivienda en propiedad. De ellos, solo el 16,8% reside en tal situación.

PROBLEMAS QUE DURAN
Algunas nacionalidades de inmigrantes, además, padecen este problema con especial intensidad. De hecho, un 35% de norteafricanos, un 31% de paquistanís, un 23% de subsaharianos y un 20% de suramericanos habitan en viviendas sobreocupadas
Una preocupante constatación del estudio es, según Bosch, que la vida en pisos con muchas personas “no es un fenómeno propio de los primeros años tras la llegada, sino que se alarga durante mucho tiempo”. De hecho, este experto señala que el porcentaje de inmigrantes en pisos patera “solo se reduce en los que llevan más de 20 años en España”.
El estudio advierte además de las deficientes condiciones en que se encuentran la gran mayoría de viviendas en que residen inmigrantes, ya sean de propiedad o de alquiler. De hecho, el 62% de los inmigrantes viven en edificios sin ascensor, el 64% no tienen calefacción y el 86% carecen de aire acondicionado.
Jordi Bosch destaca que, aunque la tendencia es que la situación del inmigrante mejore con el tiempo, “hay colectivos como el magrebí o el paquistaní con más dificultades” para avanzar en su estatus residencial.

RECIÉN LLEGADOS
Pese a que en estos últimos dos años muchos inmigrantes han comprado pisos, la mayoría de extranjeros sigue viviendo de alquiler. Mientras que solo el 12,5% de la población catalana vive de alquiler, entre los inmigrantes esa tasa supera el 56%. Y entre los recién llegados aún más: 7 de cada 10 inmigrantes que lleva menos de cinco años en Catalunya vive de alquiler. Es en ese grupo donde además se registra la mayor movilidad residencial ya que más de la mitad expresan su deseo de cambiar de vivienda, cuyas condiciones suelen calificar de “deficientes”.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)