CONVIVENCIA
Más de siete mil extranjeros sufren en Navarra situaciones de hacinamiento
El 10,6% de los 70.000 inmigrantes comparten vivienda con seis o más personas - En siete de cada diez hogares de inmigrantes, conviven más de 4 personas; la media por hogar en España es 2,9 - Las situaciones de acogimiento suelen tener "pago encubierto" y son en ocasiones cercanas a la esclavitud - "No es cierto el mito de que se lleven todas las VPO, el año pasado accedieron a sólo el 5%"
Diario de Navarra, , 04-05-2008Muchos llegan con un visado de turista que les garantiza una estancia de 90 días pero su objetivo es quedarse y trabajar. Ese es el primer problema. No van a poder regularizar su situación hasta que pase un tiempo, van a tener que pagar a quién les prestó el dinero para viajar hasta España y además, tienen que buscar un sitio en el que residir. En esta situación acceden a viviendas alquiladas o subarrendadas, en barrios antiguos y compartiendo la casa con muchísimas personas.
Con el tiempo, la situación residencial de los inmigrantes mejorará probablemente, pero los comienzos son difíciles y no es extraño encontrar situaciones próximas al hacinamiento y la exclusión.
Un estudio elaborado por la fundación Anafe – Cite, organización de apoyo a los inmigrantes vinculada a CCOO, desvela que en el 70% de los casos los inmigrantes que llegan a Navarra comparten vivienda con cuatro o más personas, y en un 10,6%, residen siete o más convivientes, lo que significa que sufren “un altísimo grado de ocupación o hacinamiento”. Esta situación afectaría a 7.420 de los 70.000 extranjeros afincados en Navarra que disponen de un parque total estimado de vivienda de 17.500 hogares, según el estudio. El informe ha sido elaborado con los datos aportados por los 10.000 usuarios atendidos durante el pasado año. Es un índice elevado teniendo en cuenta que la media española de personas por hogar es 2,9 personas.
¿Qué es vivir hacinado? El Observatorio de Inmigración estableció en 2003 que se vive en hacinado cuando en una misma habitación residen al menos dos personas, o más de tres, si son de una misma familia.
En el 61% de los casos, los inmigrantes viven en alquiler. Un 25% reside en su casa o en la de familiares cercanos). Aún existen otras fórmulas. El 6% vive en régimen de subarriendo; en acogimiento particular (5%), cesión (1,84%), ocupación (0,5%), sin techo (0,13%) u otros, que conllevan hacinamiento y otras situaciones de exclusión residencial.
Subarrendados indefensos
En el panorama de la inmigración, los más vulnerables son los más débiles. Probablemente quienes se alojan una habitación subarrendada “es muy posible que sufran una situación de indefensión formal (ausencia de contrato), precios abusivos y, en la mayoría de casos, hacinamiento. Además, las condiciones y conservación del inmueble suelen ser precarias dados sus problemas de deterioro de materiales, humedad, temperatura o ruidos”, señalan Eduardo Jiménez y Mikel Zugasti, sociólogos de Anafe.
Dentro de esta tipología estarían los denominados “pisos patera y, en casos más extremos y minoritarios, las camas calientes, utilizadas por personas que van rotando en la ocupación por horas de un lecho o catre”, según explica el estudio.
Ejemplos de ello serían los inmuebles que voluntarios de Cáritas detectaron hace cuatro años en Villava. “Había una decena de pisos de tres o cuatro dormitorios en los que convivían entre 15 y 20 personas”, señalaban.
Son frecuentes las viviendas de tres habitaciones donde conviven 10 ó 12 personas, y, en los últimos meses, técnicos del Servicio Navarro de Salud han sabido de la existencia de al menos tres pisos patera (casos más extremos de hacinamiento). Se trata de inmuebles en Barañáin, San Jorge y San Juan en los que han llegado a convivir cerca de 20 personas.
Otros casos son los llamados de acogimiento y cesión de vivienda. “Hablamos de una situación tan precaria como las anteriores”, expone el informe. Por ejemplo, un técnico del Gobierno de Navarra detectó hace semanas en el barrio de Iturrama “algunos fenómenos de hacinamiento y, también, de esclavitud”. Es el caso de personas “que están sin papeles, trabajando, por ejemplo, para su primo a cambio de alojamiento y manutención”, explican. “Hay veces, cuando solicitamos certificados de convivencia, en que figuran hasta 12 ó 14 personas”.
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