Los colegios luchan contra el gueto
Los extranjeros suman ya el 8,4% del alumnado español, aunque en muchos centros públicos son mayoría ? Los expertos alertan de los problemas de integración ? Cataluña limitará la concentración
La Razón, , 03-05-2008Marta Borcha
Madrid – Velos, trajes con corbata, chadores, minifaldas, chilabas y saris se distinguen entre las familias que aguardan a las puertas del colegio la salida de sus hijos. Una imagen cada vez más habitual en España, donde el porcentaje de alumnos extranjeros se sitúa ya en el 8,4 por ciento.
En sólo una década, la presencia de foráneos en las aulas se ha incrementado en un 864 por ciento. En el curso 96 – 97 había 63.000 inmigrantes escolarizados en nuestro país, cifra que ascendió a más de 600.000 el curso pasado. Baleares, La Rioja, Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana tienen el mayor número de extranjeros en sus clases. Todas se posicionan por encima de la media nacional, superando el 10%.
Los niños de otras culturas se concentran en la escuela pública, y en muchas ocasiones constituyen el 80% del alumnado. Un fenómeno que hace difícil su integración en la sociedad. En este sentido, y para «evitar guetos», Cataluña, donde los escolares foráneos superan el 11%, acaba de anunciar que limitará el número de inmigrantes en los colegios, según el anteproyecto de Ley de Educación, recién presentado.
La llegada de inmigrantes o el nacimiento en nuestro país de hijos de extranjeros que tienen el deber de escolarizar a sus hijos, provoca una revolución en las aulas. Lejos de la esperada integración, varios estudios revelan que los alumnos inmigrantes se relacionan poco con los españoles y que están menos integrados.
Uno de ellos, titulado «¿Fronteras en las aulas?», dirigido por Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología de la Universidad de Salamanca, desvela que en nuestros colegios existe una clara separación por orígenes nacionales, tanto en el propio centro como en la calle. Frente a los hispanoamericanos, que se integran mejor, africanos y magrebíes son los que menos se adaptan. Éstos, indica el estudio, «tienden a formar grupos aún más cerrados y a suscitar más rechazo, incluso entre los no españoles». Por ello, según el catedrático, «deben evitarse los guetos y emprender un reajuste más equilibrado del alumnado extranjero y autóctono en la red pública». Aunque los guetos «pueden ser buscados por las propias minorías para lograr mejores relaciones, dificultan la integración».
Tendencia natural
¿Favorece la escuela realmente la inclusión? «Sentar juntos a un español, a un polaco y a un marroquí no es suficiente. Hay que desarrollar iniciativas que animen a conocer al otro y rompan la tendencia natural a mantener relaciones más estrechas con gente parecida», opina Carmen González Enríquez, profesora de Política de la UNED y especialista en inmigración, quien aboga por reforzar las relaciones sociales de los inmigrantes en la escuela para evitar que en un futuro «esos grupos formen sociedades diferenciadas».
Otra investigación de la Universidad de Valencia (UV) indica que los alumnos de centros educativos con una mayor proporción inmigrante son «menos solidarios» con sus semejantes.
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