La Conferencia Episcopal rechaza el contrato de Camps para inmigrantes

El Mundo, 03-05-2008

El responsable de Migraciones de la Conferencia Episcopal y obispo de la diócesis Sigüenza – Guadalajara, José Sánchez, se refirió ayer al contrato que pretende hacer firmar la Generalitat valenciana a los inmigrantes asegurando que éste no se ha hecho pensando «principalmente en el bien del inmigrante, sino en la garantía de nuestros derechos e intereses».


En declaraciones a los medios durante la presentación de la Jornada Mundial de las Telecomunicaciones, Sánchez afirmó que no está en contra de la regulación de los inmigrantes. No obstante, aunque admitió no conocer íntegramente el texto, aseguró que «tiene una filosofía» con la que no está de acuerdo.


El obispo se refería así a la propuesta de la Comunidad Valenciana de la futura Ley de Integración de los Extranjeros, en la que se recoge el contrato de inmigración propuesto por el presidente del PP, Mariano Rajoy durante la campaña electoral. Sánchez rechazó la idea de que los países desarrollados no tengan obligación de regular los flujos migratorios. «Eso es evidente, pero, con otros principios más humanitarios, solidarios y, para nosotros, más cristianos», puntualizó.


«Las leyes de extranjería e inmigración están fundamentadas todas ellas sobre la defensa de los intereses nacionales y la regulación de la economía y del mercado», unos principios que, en su opinión, «no son los deseables», porque no consideran a los inmigrantes en cuanto a sus derechos fundamentales, sino como un motor de la economía.


Políticas interesadas


En este sentido, añadió que la legislación existente sobre inmigración y extranjería le «ponen siempre en guardia». «Hay una filosofía subyacente inicial con la que no estoy de acuerdo, es decir, el inmigrante en estos países desarrollados es un colchón de la economía; es como un muelle, que se le deja subir fuerte cuando lo necesitamos; y, cuando las cosas se ponen mal, que se vayan cuanto antes», explicó.


Desde su punto de vista, hay apoyo al inmigrante «cuando sea bueno para los intereses nacionales» y no lo hay «cuando puedan perjudicarnos». «Unos principios así – reiteró – no son unos principios deseables de una ley justa, ni solidaria con estos pueblos con situación de pobreza que inician la inmigración por la necesidad».


Tras defender esos principios «más cristianos» en la regulación de la inmigración, el obispo de Sigüenza, aseguró que, fuera de esos criterios «todo lo demás que va saliendo son casi siempre actitudes defensivas de esos intereses nacionales, pero difícilmente hay una ley de extranjería que nazca desde el amor al prójimo y desde el servicio al pobre y la colaboración al desarrollo».


Además, se preguntó por qué ningún partido en las últimas elecciones ha tomado el tema de la ayuda al desarrollo como algo prioritario. Si ésta es generosa, supone el obispo, posiblemente, influiría en la rebaja de las aspiraciones económicas de mejora de los países desarrollados y, entonces, «ese partido no saca un voto».

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