"Mucha gente ve a los marroquíes como los malos de la película"

Nací en Marruecos y vivo en Reus. Tengo 40 años y una hija. Llegué a Catalunya en 1989, soy graduado social, especialista en gestión global de la inmigración y asesor legal sobre extranjería. Pertenezco a la primera hornada de mediadores socioculturales que hubo en Catalunya

La Vanguardia, , 02-05-2008

TONI ORENSANZ
leva usted en Catalunya desde 1989. ¿Se L percibe a la inmigración hoy de un modo distinto ?

Hace diecinueve años, la sociedad catalana era más reacia a la inmigración. Había más miedo a lo desconocido y ni la Administración se había planteado que sucedería lo que después ha sido una realidad, que habría distintas oleadas migratorias.

Se ha debido de hartar de enseñar la documentación a la Policía.

Ni se lo imagina. En 1989 o 1990 te pedían la documentación a cada rato. Siempre cuento la anécdota de que una vez, en Barcelona, me pidieron la documentación cuatro veces en media hora.

El inmigrante como extraño, como sospechoso.

Eras el raro, el distinto. Pero el tiempo ha ido poniendo las cosas en su sitio y hoy en día, se diga lo que se diga, la sociedad es más consciente de que la inmigración es una realidad inevitable y que tiene sus ventajas.

Dígame algunas.

Son infinitas. Mire usted por la ventana ahora mismo y fíjese en la joven ecuatoriana que lleva a una anciana de la mano. O piense, por ejemplo, en la agricultura de este país. ¿Cuántos campos abandonados no habría sin la mano de obra extranjera?

¿Cuál cree usted que es el principal prejuicio que se tiene con respecto a los marroquíes? Es de lo más elemental: no se mira igual a un ciudadano alemán o inglés que a un marroquí. Da que pensar. Y supongo que en ello influyen motivos económicos, de quiénes son los ricos y quiénes no.

¿Cree que es sólo cuestión de ricos y pobres?

Influye, sin duda. Pero creo que también hay motivos religiosos y culturales, que van desde la Reconquista a la Guerra Civil. Mucha gente sigue viendo a los marroquíes como los malos de la película.

Ahora al revés: ¿cuál es el principal prejuicio del marroquí con respecto al español?

Es necesario hacer ver al marroquí que forma parte de la sociedad, se ha de sentir orgulloso del pueblo en el que vive. Y lo es porque muchos marroquíes tienen la impresión de que el español no los acepta.

A veces hay inmigrantes que tampoco ponen nada de su parte.

La persona que llega a un país el caso del marroquí, tiene mucho miedo a cuál será la reacción del autóctono.

¿Miedo a qué?

Al rechazo. Le pondré un ejemplo muy simple pero real porque a mí me ha sucedido: yo me he acercado a una señora para preguntarle por una calle, me ha mirado, ha sujetado el bolso con fuerza y ha salido corriendo.

Pues yo le veo inofensivo.

Lo soy. Pero debemos ser conscientes de que hay gente que no hará nunca nada para acercarse a las distintas comunidades que configuran la sociedad actual. Los hay que no harán nada por orgullo. Los hay que no lo harán por no asumir riesgo alguno. Y los hay que no moverán un dedo porque no tienen el más mínimo interés en conocer al otro.

El interés debe de ser mutuo…

Naturalmente. Y es que la falta de interés por el otro y la falta de relación entre comunidades es el germen de una sociedad conflictiva. Si no conoces las razones del otro, cualquier cosa que se haga puede ser malinterpretada.

¿Qué hacer, pues?

Hay que hacer ver a todo el mundo que conocer al otro siempre es bueno y que no implica riesgo alguno. Hay que mirar al otro de igual a igual.

De acuerdo, ¿pero por dónde empezamos?

A veces nos perdemos en grandes debates, pero lo fundamental no es otra cosa que enseñar a todo el mundo dos cosas básicas, que son el idioma y el respeto a las normas de la sociedad en la que se vive.

La derecha europea dice que se deben respetar las costumbres.

¿Qué costumbres? Las costumbres cambian y algunas desaparecen. Lo fundamental es respetar las leyes y a las personas.

Vayamos a los tópicos: se dice de ustedes que colapsan los centros sanitarios.

Es falso, y hasta me atrevería a decirle que los marroquíes son el colectivo que menos va al médico.

¿Por qué lo dice?

Porque la mayoría de los marroquíes que viven en Catalunya proceden de zonas rurales, y allí las infraestructuras sanitarias son escasas y la asistencia médica cuesta dinero. Falta cultura sanitaria, y sólo se va al médico cuando es grave.

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