La cónsul de Guinea Conakry defiende que los polizones del "Mira" sufrieron maltrato
El Día, , 01-05-2008Alicia Navarro entrevistó a los dos polizones de su país el pasado 18 de abril, tras su llegada en el “Mira” a Las Palmas. Uno tenía la mano aplastada, con un dedo y la uña en mal estado, “por recibir un mazazo al intentar dejar abierto el ventanuco por el que metían el agua mientras estuvo encerrado”, explicó el africano.
La cónsul de Guinea Conakry en Canarias, Alicia Navarro, se entrevistó con los dos polizones de ese país africano que llegaron a Las Palmas a bordo del “Mira” el pasado 18 de abril y pudo observar cómo uno de ellos tenía un fuerte golpe en la mano, con un dedo y la uña en mal estado, “por recibir un mazazo al intentar dejar abierto el ventanuco por el que le metían el aguas mientras estuvo encerrado”, tal y como explicó uno de los inmigrantes, que ha solicitado ser repatriado voluntariamente a su país de origen, junto con su otro compatriota, en vista del maltratro que sufrieron en ese viaje.
Además de los dos africanos de Guinea Conakry se colaron como polizones otros seis inmigrantes, de distintas nacionalidades, que solicitaron asilo en España. Pero estas demandas fueron inadmitidas por el Ministerio de Interior, según informaron fuentes de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, quienes añadieron que solicitarían un nuevo examen de las peticiones de estos seis africanos, tres de Sudán y otros tres de Sierra Leona.
Los ocho se encontraban ayer en el Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) de Barranco Seco, en Las Palmas, en espera de su destino.
La policía puso al capitán del barco a disposición judicial, acusado de lesiones por maltrato al grupo de indocumentados, de procedencia subsahariana, tras conocer por los testimonios de los africanos que pasaron un mes encerrados en las bodegas de la embarcación, encadenados, sometidos a todo tipo de vejaciones y comiendo al día un solo mendrugo de pan, a veces algo más, que les pasaban dos de los 18 tripulantes del barco por caridad a través de una pequeña rendija de la puerta del habitáculo donde estuvieron confinados.
Los africanos se colaron en lo que se convirtió en su particular cárcel flotante en el puerto de Dakar y fueron descubiertos ya en alta mar. Durante un mes disfrutaron de un camarote, pero el capitán que había dado esa orden fue sustituido por otro cuando el buque alcanzó Turquía.
Los policías que revisaron el buque manifestaron abiertamente que los inmigrantes no podían salir de su encierro ni para hacer sus necesidades, que según los efectivos estaban tiradas entre mantas, botellas y bolsas.
Dos de los africanos tuvieron que ser atendidos en el Hospital Doctor Negrín al presentar síntomas de desnutrición. Los tripulantes del “Mira” y su capitán, el turco Ismail Arif Bostan, negaron el relato de los polizones ante el juez, y, por el contrario, señalaron que se vieron en la necesidad de encerrar a estas personas porque se pusieron violentos.
Aseguraron, además, que informaron de la presencia de los polizones en el barco a las autoridades de Marruecos, Turquía e Israel cuando tocaron sus puertos, pero en todos los casos les impidieron desembarcarlos.
La defensa del capitán del buque “Mira”, Ismail Arif Bostan, y el resto de la tripulación del barco negó la denuncia por malos tratos que los ocho polizones interpusieron al llegar al puerto de Gran Canaria y acreditó mediante la documental que dieron cuenta a las autoridades de los puertos de Marruecos, Turquía, Rusia e Israel que llevaban polizones a bordo.
El juez de Instrucción Número 3 de la capital grancanaria dejó en libertad sin cargos al capitán y a los tripulantes tras tomarles declaración.
Profesores universitarios expertos en la materia aseguraron ayer a este periódico que, según la ley de polizonaje vigente, la responsabilidad de los polizones la tiene el armador del buque.
En este sentido, señalaron que los ciudadanos africanos conocern perfectamente el comportamiento de las distintas naciones en esta materia y, precisó que, por ejemplo, los polizones huyen de meterse en barcos turcos o griegos porque hay casos conocidos que han sido sodomizados y tirados al mar. Indicaron que, por el contrario, España o Inglaterra tienen fama de tratar a los polizones respetando los derechos humanos.
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