NICK KINSELLA / Director del Human Trafficking Centre del Reino Unido
«El tráfico de personas es uno de los delitos de mayor perfil criminal»
El Mundo, , 27-04-2008Para hablar del asunto que más le apasiona se quita la chaqueta y clava la mirada en su interlocutor. Ya en mangas de camisa, entrelaza los dedos y avanza su cuerpo: «El tráfico de personas es un delito y así ha de ser tratado».
Nick Kinsella carga su mochila con 27 años de experiencia policial y un reto que aceptó hace dos años: dirigir el Human Trafficking Centre (Centro de Tráfico Humano) de Gran Bretaña. Conciso y sobrio, está de visita en la capital para entrevistarse con sus homólogos españoles y «establecer métodos de coordinación, ofrecer ayuda y aprender de los otros».
Pregunta. – Organizaciones como Amnistía Internacional afirman que las políticas de inmigración, cada vez más restrictivas, favorecen el tráfico de seres humanos.
Respuesta. – No es mi trabajo el valorar las políticas migratorias, soy un oficial de Policía. Lo que sí puedo decir es que nuestra aproximación al tráfico de seres humanos no es tratarlo como una cuestión de inmigración sino como un serio crimen. Miramos la cuestión como lo haría una víctima, para saber qué es lo mejor que se puede hacer para solucionar el problema.
P. – La mayoría de informes señala a las mujeres y a los niños como las víctimas habituales.
R. – Depende mucho de lo que estemos hablando. Nos enfrentamos a muchísimas formas de tráfico de humanos y hay una concepción errónea que indica que el tráfico se refiere sólo al sexual. Es mucho más que eso: hablamos también de explotación laboral, de tráfico de esclavos, hay muchas formas. Pero si me pregunta sobre las mujeres y los niños, le diré que es cierto y que una gran mayoría de los seres con los que se trafica son mujeres y niños, estaríamos de acuerdo.
P. – ¿Cuáles son los países de origen de estas personas?
R. – Hay diferentes grupos y gran diversidad de métodos, porque cada vez que reforzamos la ley contra el tráfico esta gente cambia sus modos de actuar para que no les pillemos… Es peligroso hacer generalizaciones. Hay determinadas cuestiones que se repiten, pero en diferentes países hay diferentes tipos de tráfico, e incluso dentro de los mismos. Por ejemplo, en las grandes ciudades hay que hablar de explotación sexual como el más importante de este tipo de delitos.
P. – ¿Puede el turismo sexual favorecer el tráfico y la esclavitud?
R. – Por supuesto. Este es un negocio criminal. Quienes trabajan en este negocio no tratan a las personas como tal, sino como algo que venden y compran, así que trabajan en el lugar y en las condiciones en las que consideran que pueden obtener más beneficio.
P. – Ante la situación, ¿los gobiernos trabajan de forma correcta? ¿Hay coordinación entre ellos?
R. – Hay un montón de trabajo llevándose a cabo y en coordinación. Además, trabajamos conjuntamente con ONGs, instituciones independientes y asociaciones de caridad que nos ayudan a prevenir y combatir mejor este crimen. Porque las víctimas, si acuden a algún lugar, es a ellas no a nosotros.
P. – La globalización ha convertido el crimen en global…
R. – Exacto. Y hay cuestiones a las que tenemos que adaptarnos.
P. – Como internet, otro punto débil en la lucha contra estos delitos.
R. – Internet es un arma muy poderosa, vemos cómo se vende a la gente a través de la red. Lo que tenemos que hacer es buscar el modo en que trabajan los delincuentes y adaptarnos a ellos.
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