Sarkozy: "Después de cada regularización masiva vino la catástrofe"

Sarkozy ha repasado en la televisión la actualidad de Francia en su primer año de mandato. La inmigración, las relaciones con China y el rescate de Ingrid Betancourt han copado los minutos de la entrevista

Público, , 25-04-2008

El presidente Francés Nicolas Sarkozy hizo un repaso esta noche a la actualidad del país galo frente a las cámaras de televisión cuando gran parte de sus ciudadanos empieza a cuestionar su gestión al frente del Elíseo. La primera parte de la entrevista versó sobre la situación económica del país y a cada pregunta de los periodistas Sarkozy contestaba rememorando los pésimos datos económicos de gobiernos anteriores y llegó a remontarse a mediados de los 60 para justificar las tasas de paro.

Pero si había algo sobre lo que el presidente de la República debía contestar por cómo se había desarrollado el día tras la huelga de los inmigrantes sin papeles con contratos de trabajo en vigor era sobre inmigración. Sarkozy, que por una parte niega que vaya a haber una “regularización masiva de inmigrantes”, sí admite que se estudiará la situación personal de cada extranjero exhaustivamente. Pero teniendo en cuenta que en la actualidad hay entre 50.000 y 100.000 personas en esta situación, la pregunta es qué considera el presidente una regularización masiva.

Sarkozy sólo opina que “cada vez que se ha hecho una regularización masiva en Francia el país se ha sumido en la catástrofe”. Como ejemplo ha puesto la regularización de 1993 tras la cual, según el presidente francés, en 1994 hubo la mayor demanda de asilo político de la historia. Con esto se ha querido referir al famoso “efecto llamada”, que hace “que los traficantes de personas se aprovechen de los más pobres”. Además, se ha reafirmado en su postura de cambiar las reglas de la inmigración y elegir a los inmigrantes. “Quiero que podamos elegir la inmigración, porque no podemos acoger a toda la miseria del mundo”.

Después, Sarkozy ha insistido en que “hay unas reglas para obtener la nacionalidad francesa y no es suficiente trabajar en la cocina de un buen restaurante”. Esas reglas serían, según él, hablar el idioma, trabajar y además “cumplir otra serie de requisitos mínimos”. Mientras, los periodistas se afanaban por preguntarle si él considera normal que haya un gran número de extranjeros que trabajan y pagan sus impuestos en esa situación irregular, a lo que sólo supo decir: “¿Acaso los empresarios se han quejado o me han pedido que los regularice? No. Porque esa huelga no es más que un montaje ridículo de una organización”.

Tampoco supo qué decir cuando se le cuestionó si determinados sectores como la hostelería o la construcción no se verían afectados si no se regularizaba a los inmigrantes que ocupan determinados puestos. Sarkozy, visiblemente exaltado a cada pregunta se limitó a decir que él no era “rey” y que “tendría que cambiar las leyes cada vez que a los periodistas les da por defender determinados temas”. Finalmente, añadió que “ya existe una ley que permite que los empresarios contraten mano de obra cualificada de el extranjero si hace falta”. Lo que significaría algo así como dejar salir para poder entrar.

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