Zakaria Zahri ya no recordaba el rostro de su padre. La última vez que le vio apenas tenía siete años, y desde entonces, habían pasado ya 21. Hace algunas semanas pudo por fin poner cara a esa figura con la que compartió sus primeros años de niñez.

El joven llegó desde Marruecos con la firme intención de buscar a su padre, quien se vio obligado a abandonarlos, ¯a él, sus dos hermanos y su madre¯ en el año 1987. «Tuvo que salir huyendo de su país por temas políticos. Es, en estos momentos, un refugiado. Puede viajar a todo el mundo, excepto a Marruecos», cuenta Zakarias El Abbassi, uno de los voluntarios que le han ayudado a encontrar a su padre.

Zakaria Zahri ante la imposibilidad de lograr contactar con su padre acudió desesperado al servicio de búsqueda de Cruz Roja. «A través de él, se hace un llamamiento para localizar personas desaparecidas», explica el voluntario de la ONG. En la búsqueda también participó Eugenia Voinea quien a través de la Policía logra saber que ha vivido en Madrid y Barcelona. «Lo averiguamos porque en ambos lugares renueva su documentación de forma periódica. Esta fue la primera pista para iniciar la búsqueda».

La última dirección existente en los archivos les lleva hasta Barcelona. Allí es donde deciden iniciar la búsqueda, según cuenta Zahri. «Teníamos dos domicilios. Fuimos al primero, pero no lo encontramos. En el segundo, encontramos a una ex compañera sentimenta, quien nos mandó a una tercera dirección».

En ese lugar, un piso en el que vivían otras tres personas, lograron encontrarlo. «Su estado de salud era muy delicado, por lo que no pudimos realizar el encuentro con su hijo de forma inmediata. Hubo que prepararle poco a poco, ya que hacía más de 21 años que no se veían y podía ser peligroso para la situación en que se encontraba por su precaria salud».

Emotivo encuentro

Finalmente, hace algunas semanas, según el voluntario de Cruz Roja, se ha producido el «emotivo» encuentro. Ahora, la siguiente meta para la ONG es lograr los trámites oportunos para que padre e hijo puedan volver juntos a su país junto al resto de su familia.

«Estamos intentando solucionar los problemas que existen. Se está en negociaciones con el Tribunal Administrativo de Rabat a través de la Embajada Española. Creemos que podremos conseguirlo, aunque habrá que esperar algún tiempo porque los trámites son muy lentos en estos casos», agrega Zakaria.

Intervención voluntarios

Todo el proceso ha sido coordinado a través del Departamento de Intervención Social de Cruz Roja que coordina Fina Ruiz, quien afirma que «sin la labor de nuestros voluntarios sería imposible que temas como éste tuvieran solución».

En su departamento, explica, hay voluntarios argentinos, chilenos, rumanos, magrebíes, bolivianos, ecuatorianos y españoles. «Siempre ayudando desinteresadamente a todos. Es encomiable su labor, como se involucran en estas situaciones y mueven cielo y tierra para conseguir resolver cualquier problema».

Eugenia Voinea es rumana y está casada con un español. Colabora en el departamento como responsable de la Casa de Acogida de Inmigrantes y en procesos de integración. En cuanto a Zakaria El Abbassi es de origen magrebí y pertenece a la organización como voluntario desde 2006. Está en España realizando sus estudios y dedica sus ratos de ocio a colaborar con la ONG.