Sarkozy se ratifica en las reformas y pide más tiempo para ser juzgado

El Periodico, JOSÉ A. SOROLLA, 25-04-2008

Pese a que se ha convertido en el presidente más impopular de la Quinta República en su primer año, Nicolas Sarkozy se reafirmó ayer en que llevará a cabo las reformas que ha emprendido. Reconoció errores, sobre todo de comunicación, y pidió tiempo hasta el final de su mandato de cinco años para ser juzgado.
Sarkozy repitió su idea de que “el mundo ha cambiado y Francia no se ha adaptado al ritmo de los otros países”, por lo que a él le corresponde la tarea de “poner en marcha el cambio que los otros han hecho y Francia no”. Hasta en dos ocasiones les dijo a los franceses que no hay otra estrategia posible, entendió que las reformas “provoquen mal humor”, pero advirtió que “la decepción sería mayor” si no se hacen.
La mayor parte de la larga entrevista televisada, que duró una hora y 40 minutos, estuvo dedicada a la situación económica. Cuarenta minutos para hablar de la pérdida del poder adquisitivo, la mayor preocupación de los franceses, y de la falta de resultados económicos. Sarkozy recordó que fue elegido para “rehabilitar el valor del trabajo” y remachó que “el problema de Francia es que no se trabaja lo suficiente”.

CRISIS FINANCIERA
En cuanto a propuestas concretas para aumentar el poder de compra de los ciudadanos, se remitió, sin embargo, a la exoneración fiscal de las horas extraordinarias, que han aumentado un 30% en un millón de empresas. Defendió su paquete fiscal de rebaja de impuestos – – criticado por la izquierda por beneficiar a los más ricos – – con el argumento de que Francia hizo seis meses antes lo que otros países han hecho después. Anunció más liberalización de la economía.
A la crisis financiera, al aumento – – hasta doblarse en un año – – del precio del petróleo y al euro, que ha alcanzado niveles “inverosímiles”, los culpó de la falta de resultados en materia económica, aunque no se olvidó de mencionar que el paro ha bajado al 7,5%, el índice más bajo en 25 años. Pero eso le reafirmó en que los cambios deben continuar, sin la jerarquización que algunos reclaman porque las 55 reformas que ha lanzado perderían su eficacia si se distancian.

ERRORES DEL GOBIERNO
En política social, repitió su preferencia por la “inmigración seleccionada” con criterios económicos, más que familiares, aunque dijo no ser partidario de la “inmigración cero” ni de las regularizaciones masivas. “No se convierte uno en francés porque trabaje en la cocina de un restaurante, por más simpático que se sea”, afirmó, y recordó que la ley exige un contrato de integración y hablar francés.
Aseguró que François Fillon era “un buen primer ministro”, pero se negó a confirmar si va a continuar, y admitió su parte de culpa en los nombramientos de ministros jóvenes que han cometido errores. En el capítulo autocrítico, reconoció también que había exhibido demasiado su vida privada.
Anunció que buscará una posición común de la UE en el conflicto con China sobre los JJOO y aseguró que someterá a referendo una eventual entrada de Turquía en la UE, pero no la de Croacia.

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