La participación de los hijos de los inmigrantes en Sant Jordi abre caminos a la integración social
Vía infantil a la convivencia
La Vanguardia, , 24-04-2008Fue la pequeña colombiana del Paral · lel Siomara Darruenda quien hace años le explicó a su padre, albañil de profesión, de qué iba la fiesta de Sant Jordi. “Y desde entonces le regala una rosa a mi madre cuando regresa del trabajo”. Miles de inmigrantes celebraron ayer en Barcelona la fiesta del libro. Ni los chinos, ni los pakistaníes ni los marroquíes hicieron cola en masa para conseguir el último de Zafón. Lo cierto es que la mayoría de ellos no salió de sus locutorios y bazares, muchos no sabían a santo de qué había tanto revuelo en la calle.
Pero sus hijos pasaron el día de excursión escolar en las actividades promovidas en la rambla del Raval por la Fundació Tot Raval. Críos de todos los colores del Collaso i Gil, el colegio de Siomara, donde el 90% son de fuera, formaron una coral catalana que cerró su actuación con una copla marroquí. Sus maestros dijeron que sí, que los niños son los verdaderos vehículos que conducen a la integración social. Son ellos quienes aprenden en clase qué es Catalunya, quienes lo explican a sus atareados padres y crean espacios de encuentro.
Porque entre las orgullosas madres que registraban en vídeo casero la actuación las había con velo y sin velo. Sin chavales de por medio, raro hubiera sido que intercambiaran tantas impresiones. Javid Mughal, el fundador allá por los años noventa del primer rotativo del país elaborado por y para inmigrantes , El Mirador de los Inmigrantes ,agregó en su puesto de libros en urdu que es cierto que la gente que abandona su hogar para buscar en estas latitudes un nuevo futuro tiene como principal preocupación el trabajo y el dinero. “Son sus hijos los que unen la cultura de procedencia y la de origen, los que hacen que surja algo nuevo, mestizo y mejor”.
Lo que pasa es que no hay que tener tantas prisas. Pasar de la coexistencia a la convivencia es un trabajo que tarda generaciones, no sólo legislaturas. Lo dijo Núria Paricio, directora de Tot Raval, quien hace años, cuando era una niña, también explicó a sus padres, inmigrantes aragoneses, de qué iba la fiesta de Sant Jordi. La historia de la pequeña Siomara no es nueva.
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